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TRES SUCESORES DE SALMUERA

La enfermedad de Chernenko suscita pronósticos sobre cambios en el Kremlin.

11 de marzo de 1985

A pesar de que Viktor Afanasiev, el director de Pravda se cuidó de sobreenfatizar que el dirigente soviético Konstantin Chernenko "sigue guiando al partido y al Estado" por encima de la enfermedad que padece (la cual es un misterio, aunque la inteligencia norteamericana sostiene que se trata de una grave neumonía), los profesionales y casi siempre falibles sovietólogos de Occidente, están ya al frente de sus máquinas lanzadoras de pronósticos. Todos a una aseguran esta vez que el viejo ideólogo del Politburó del PC soviético, de 73 años, que sucediera a Yuri V. Andropov el año pasado, va a ser reemplazado por una figura más joven. Tres son los nombres que más suenan: Mikhail Gorbachev, miembro del Politburó, 53 años, educado en Moscú y especialista en cuestiones agrarias; Grigori Romanov, también miembro del Politburó, 61 años, educado en Leningrado y diseñador de barcos de profesión, Viktor Grishin el más viejo de ellos, 70 años y originario de Moscú y, obviamente, miembro del Politburó.
Moscú, y obviamente, miembro del Politburó.
Considerado como el más flexible de los tres, Gorbachev es el favorito de Occidente. Durante su reciente viaje a Inglaterra, dejó una muy buena impresión. Su linda y elegante esposa Raisa Maksimovna, contribuyó mucho en ello. La primera ministra británica Margaret Thatcher congenió bastante con ella, saludó su elegancia y dejó ver que Makhail, con quien habló más de 5 horas, era el tipo de líder con quien daba gusto negociar. Romanov, en cambio, no tiene tanto carisma. Dicen que es un hombre de firmes principios pero que no causo buena impresión durante su último viaje a Finlandia. Alguien jura que él bebió tanto esa vez que un acompañante tuvo que hacer el discurso de despedida. Grishin, es el menos conocido en Europa. Se sabe que comenzó como conductor de locomotoras y que ingresó al PCUS en 1939, que desde 1966 es miembro del politburó y que ha sido diputado al Soviet Supremo durante más de 30 años. Es el jefe del partido en Moscú y un posible "palo" en la eventual sucesión.
Romanov también comenzó su carrera temprano. Miembro del PCUS desde 1944, él llegó al Politburó en 1973 y ha sido primer secretario del partido desde 1970. Recibió, al igual que Grishin, la Orden de Lenin (Grishin la ha recibido dos veces) y otras condecoraciones. Quien no ha recibido esa importante presea y es el más joven en cuanto a ingreso al partido (1956) es Gorbachev, quien profesionalmente comenzó como conductor de una cosechadora combinada en Stavropol y ya para 1971 era miembro del Comité Central, aunque sólo ha sido miembro del Politburó durante los últimos cinco años. Los que aseguran que la selección del nuevo líder soviético recaerá en esta oportunidad en alguien notablemente joven, indican que la transición a una capa experimentada aunque renovadora de líderes, necesaria tras la muerte de Brezhnev, fue ya cumplida con Andropov y Chernenko y que el delicado salto hacia una generación joven -indispensable para dar mayor solidez a los planes económicos y continuidad al liderato político- debe darse ahora, con Gorbachev. Sin embargo, otros no apostarían su cabeza por él. Recuerdan que fue Romanov quien encabezó las ceremonias funerarias del general Dimitri Ustinov en diciembre pasado, y que tales ceremonias tienen gran valor significativo en cuanto a ascensos políticos se refiere. Gorbachev, de todas formas sigue a la cabeza de las nominaciones abstractas de Occidente. Los británicos todavía recuerdan con agrado sus intentos por hacer frases en inglés (como "I like very much" o "See you later") y su capacidad para reír espontáneamente. ¿Puro truco publicitario de la KGB? Algunos renuentes analistas así lo ven. Lo que sí es cierto es que ante el atractivo de Raisa todos se rindieron. "Es la Jackie Kennedy soviética", dijeron algunos rendidos ante el glamour de la pareja y eso podría contar mucho a la hora de relevar a Chernenko si el liderato del Kremlin quiere distensionar sus relaciones -como parece es la tendencia- con Europa.