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UN PARTO DE LOS MONTES

El encuentro franco-africano vota poner en manos de la OUA las negociaciones sobre Chad

7 de noviembre de 1983

El décimo encuentro francoafricano que reunió, el 3 y 4 de octubre, a 39 jefes de Estado y de gobierno en Vittel (Francia) no logró esbozar un acuerdo para solucionar el problema chadiano. Celebrada desde 1973, esta reunión se inició con un incidente diplomático protagonizado por el capitán Thomas Sankara, dirigente de Alto Volta desde el 4 de agosto de este año. De 33 años, cercano de Khadafi, el nuevo presidente se negó a participar en la recepción ofrecida, por François Mitterrand, por haber sido recibido, por un consejero del presidente francés, Guy Penne, contrariamente a los demás jefes de Estado recibidos por un ministro.
En realidad, el capitán Sankara no había olvidado que Guy Penne se encontraba en la capital de su país, el 17 de mayo pasado, cuando se llevó a cabo un mini golpe de Estado que originó su arresto. ¿París lo había fomentado? Las autoridades de ese país lo piensan. Como quiera que sea, la declaración final sobre Chad constituyó, a pesar de los graves problemas económicos que conoce ese continente, el principal tema de discusión. El último texto del acuerdo, propuesto por el presidente guineano, Seku Turé, en el seno de un comité de nueve países "modernos" y "progresistas", fue rechazado por los países amigos de Gukuni Ueddei, principal adversario del actual presidente Hissen Habré: Mali, Benín, Congo, Alto Volta. . .
Claro que París no esperaba solucionar en dos días el problema que desgarra a Chad desde hace 17 años. Pero las autoridades francesas buscaban establecer un consenso político, único medio para superar la crisis chadiana, según ellas. De hecho, París considera que la guerra se encuentra bloqueada. La "linea roja" creada por las tropas francesas desde Arada hasta Biltine, impide a Gukuni Ueddei y a sus aliados libios, so pena de iniciar las hostilidades con Francia, avanzar hacia Yamena, la capital. Hissen Habré sabe, por su lado, que Francia "no se dejará conducir a donde no quiere ir", según declaró el Presidente Mitterrand. En una palabra, los soldados galos estacionados en el centro y en la capital, no-participarán en una eventual reconquista del norte.
Paris no duda, sin embargo, que la actual situación podría consagrar una división efectiva de Chad más adelante. En ese sentido, la cumbre francoafricana no sería un fracaso. Presentado su balance, el Presidente francés recordó, en efecto, dos convergencias fundamentales. "En primer lugar, el respeto de la integridad del territorio de Chad y, en segundo lugar, la prioridad dada a la negociación necesaria a la búsqueda de una solución pacifica". ¿Por qué medios? se interrogó Mitterrand. Pero es ahí donde las cosas se complican: "La búsqueda consecuente de la conciliación entre chadianos debe hacerse de tal manera que ninguna fracción de la opinión sea, a priori, excluida. Nosotros hablamos de ello en presencia del Presidente chadiano".
La organización de la negociación y las modalidades para volver a la paz quedarán en manos de la Organización para la Unidad Africana (OUA), agregó el responsable socialista, no sin precisar que las tropas francesas se retirarán cuando hayan obtenido todas las garantías de que el conflicto no comenzará "al dia siguiente" de su partida.
Los presidentes de costa de Marfil, Guinea, Senegal y Burundi habrían sido encargados de tomar contacto con el presidente de la OUA, el coronel etíope Mingestu Haile Mariam, para preparar el diálogo y la negociación. El recurso a la OUA, saludado por los africanos, suscita un gran escepticismo entre los franceses. La prensa ha recordado la poca simpatía que inspira Mingestu entre los países africanos moderados -como consecuencia de la presencia de tropas soviéticas y cubanas en Etiopía y, por otro lado, la ineficacia de la que ha dado pruebas la OUA en diferentes conflictos: Sahara Occidental, Namibia y el mismo Chad.
Nadie sabe, igualmente, como Hissen Habré piensa concretar su "disponibilidad" total a obrar por la reconciliación en su pais, ahora que su posición como jefe de Estado, ha sido reforzada por la mayor parte de países presentes en la reunión-cumbre de Francia. ¿Aceptará discutir con Gukuni Ueddei en pie de igualdad cuando considera que su único interlocutor es Libia? El coronel Khadafi, por su lado, cesará de intervenir en Chad si Gukuni Ueddei acepta hacer parte del gobierno? ¿Cómo podrían entenderse esos dos rivales legendarios cuando el aliado de Khadafi ha declarado que no podría cooperar con "alguien cuyas ideas son pro-norteamericanas? ¿Cuál será, en fin, el papel de Francia que dice querer mantenerse al margen de las negociaciones pero que ha enviado cerca de 3.000 soldados y unas 3.000 toneladas de material a Hissen Habré?
Una idea parece imponerse aunque París no la juzga "madura": se trataría de una fuerza panafricana de paz, financiada por París y Trípoli. Francia y Libia podrían, así, retirar sus tropas y los dos contendientes conservarían sus posiciones mientras se negocia.