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Obama habla con el presidente de Afganistán, Hamid Karzai. | Foto: AP

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Una masacre que complica más la impopular "guerra de Obama"

La matanza de 16 afganos en supuesta acción solitaria de un sargento estadounidense deteriora más las relaciones entre Washington y Kabul y hace más impopular la misión en Afganistán que el presidente estableció como central en su política de seguridad.

Alianza BBC
12 de marzo de 2012

La matanza de 16 afganos, aparentemente a manos de un sargento del ejército de EE.UU., amenaza con desatar nuevamente la furia de parte de la población contra la presencia de los estadounidenses y simultáneamente complicar las operaciones de retirada de la que muchos consideran como "la guerra de Barack Obama".

Los asesinatos se produjeron la madrugada del domingo en dos pueblos en la región de Kandahar.
Todo parece indicar que el soldado abandonó su base militar a primeras horas de la mañana y entró en varias casas, donde disparó contra sus habitantes. Nueve niños están entre las víctimas mortales.

Y el incidente ha ampliado la brecha existente entre Kabul y Washington, ya profundizada por la quema de ejemplares del Corán por parte de militares estadounidenses. Un evento que desencadenó semanas de protestas en todo el país que dejaron al menos 40 muertos.

El presidente Obama se comunicó el domingo vía telefónica con su homologo afgano Hamid Karzai y le prometió una investigación completa del incidente, catalogado como la peor atrocidad cometida por militares estadounidenses contra la población civil en una década de guerra.

Pero su oferta podría no ayudar a calmar los ánimos como no sucedió tampoco con las rápidas disculpas que ofreciera tras descubrirse la quema del libro sagrado musulmán el mes pasado.

Guerra impopular

Cuando en 2009 Obama llegó al poder cambió el foco de la política militar estadounidense de Irak a Afganistán, asegurando que la experiencia iraquí había desvirtuado la anteriormente llamada "guerra contra el terrorismo" que inicio su predecesor George Bush a raíz de los atentados del 11 de septiembre.

Aunque en principio la ciudadanía agradeció el regreso de las tropas, que enfrentaban bajas casi a diario producto de atentados con explosivos, el paralelo aumento del contingente en las operaciones afganas preocupó a muchos.

Poco más de dos años después del cambio de estrategia, la mayoría de la población considera inútil la presencia estadounidense en Afganistán.

Una encuesta del diario The Washington Post y la televisora ABC, publicada este domingo, indica que el 60% de los consultados no creen que valga la pena lo que se está haciendo en Afganistán y favorecen un pronto regreso de las tropas.

Hace una década sólo el 35% dudaba de la utilidad de las operaciones afganas en el apuntalamiento de la seguridad nacional estadounidense.

El 54% de los entrevistados dice querer que EE.UU. salga de la nación asiática, aún cuando las fuerzas afganas no estén preparadas para garantizar la seguridad, en parte porque consideran que los afganos "no valoran" el "esfuerzo" de EE.UU.

La encuesta se realizó entre el 7 y el 10 de marzo, cuando se disipaba la ola de violencia que desató la quema del Corán.

Debate electoral

Las divisiones y la polémica que generan las operaciones en Afganistán se ven exacerbadas en el ambiente electoral que viven los estadounidenses, quienes en noviembre deberán elegir al presidente por los próximos cuatro años.

Curiosamente, los republicanos que cuestionaron a Obama el retiro de Irak, ahora se cuentan entre los más críticos del compromiso asumido en Afganistán y piden adelantar el cronograma de salida, previsto para cumplirse en 2014.

"Hay algo profundamente equivocado en la manera como nos estamos aproximando a toda la región, y creo que se va a poner sustancialmente peor, no mejor" dijo el expresidente del Congreso y precandidato presidencial republicano Newt Gingrich.

"Creo que estamos arriesgando la vida de mujeres y hombres jóvenes en una misión que puede, francamente, no ser realizable".

En cambio el senador John McCain, quien en 2008 perdió la presidencia frente a Obama pidió durante una entrevista con la cadena Fox tener paciencia con la guerra afgana, aunque dijo entender la "frustración la rabia y la tristeza"

"Si Afganistán se disuelve en una situación en la que el (grupo islámico) talibán sea capaz de aprovechar una situación caótica, puede volver a convertirse en una base de al-Qaeda para ataques contra los Estados Unidos de América" dijo McCain, quien forma parte del Comité de Defensa del Senado.

Acelerador del retiro

Los últimos eventos en Afganistán alimentan el debate sobre la necesidad de acelerar el retiro de las tropas, no sólo las estadounidenses, sino las del resto de los países que participan en la coalición que pretende mantener la estabilidad militar del país.

La Organización del Tratado del Atlántico norte, que coordina la misión afgana, ha establecido el 2014 como el año en el que las fuerzas de presidente Karzai asumirán totalmente las responsabilidades de seguridad en el país.

El secretario de defensa de EE.UU. Leon Panetta ha expresado que aspira que para mediados del próximo año los afganos hayan ya asumido el papel principal en las operaciones de combate y que las fuerzas extranjeras sean usadas sólo en misiones de apoyo.

Sin embargo, todavía hay muchos detalles por ajustar sobre esa futura "asociación estratégica", aunque muchos esperan que se haya definido antes de mayo cuando representantes de la OTAN y del gobierno de Kabul se reúnan en la cumbre de la alianza que se realizará en Chicago.

El corresponsal de la BBC en Washington, Jonathan Blake, estima que aunque la masacre no cambiará la política de la Casa Blanca podría garantizar que se cumpla la salida de las fuerzas extranjeras.

"En el largo plazo puede dar a ambas partes, los gobiernos estadounidense y afgano, razones para redoblar sus esfuerzos para asegurarse de que las tropas salgan del país como está planeado sin prolongar aún más está guerra interminable y ahora impopular".