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Maduro confirmó este jueves que se reunirá esta tarde en el palacio presidencial de Miraflores con la oposición en el inicio del diálogo para tratar de encontrar soluciones a la situación que vive el país. | Foto: EFE

DIÁLOGO

Maduro y oposición se reúnen para buscar fin de protestas

La encuentro tiene la mediación de Colombia, Ecuador y Brasil, además de un representante de El Vaticano.

10 de abril de 2014

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, celebrará este jueves una reunión pública con líderes de la oposición, con el acompañamiento de El Vaticano y la Unasur, en un intento por poner fin a más de dos meses de protestas antigubernamentales que dejan 39 muertos.

El encuentro, anunciado para las 4:30 p. m. (hora de Colombia) bajo los auspicios de la Unión de Naciones del Sur (Unasur), tendrá como testigos de buena fe a los cancilleres de Ecuador, Brasil y Colombia, además de un representante de El Vaticano.

Venezuela invitó al encuentro al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, pero interrogado sobre su representación, el vocero de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, aseguró que el asunto "está en manos de la Nunciatura".

"Voy a estar allá junto a los cancilleres de Unasur en el palacio de Miraflores (sede de la presidencia) a las cinco de la tarde esperando la llegada de los voceros y los representantes de la MUD", dijo este jueves Maduro.

El mandatario confirmó que el encuentro será transmitido en cadena nacional de radio y televisión "para que lo vea todo Venezuela y no haya malentendidos".

En un encendido discurso ante estudiantes, Maduro denunció nuevamente como "actos de vandalismo, de terrorismo" las protestas en su contra y fustigó a la oposición por haber rechazado participar en la conferencia de paz que lanzó su gobierno el 27 de febrero y en la que la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha señalado no hay condiciones de igualdad. 

Reconocimiento, no negociación

Tanto oposición como gobierno han advertido que no acuden a entablar un diálogo, sino a un proceso para poner sus posturas en la mesa y reconocerse mutuamente.

"La oposición no quería sentarse a hablar (...) era importante sentar a la oposición y que la oposición regresara al camino democrático y constitucional", sostuvo Maduro este jueves.

El diputado Julio Borges, del partido Primero Justicia, uno de los mayores de la MUD y al que pertenece el líder opositor Henrique Capriles, advirtió de su lado que acuden conscientes de que "no hay ninguna confianza en el gobierno".

"No lo llamemos diálogo, lo que habrá es un debate", dijo Borges al subrayar que tampoco buscan "enfriar la calle" porque "ahora más que nunca se necesita la protesta pacífica y constitucional para crear la presión para que se logre un cambio radical y democrático".

Las protestas fueron desatadas el 4 de febrero por estudiantes de San Cristóbal (oeste) en contra de la inseguridad y, a la par de que se multiplicaron en el país, se sumaron demandas contra la crisis económica, la represión policial y la detención de estudiantes y dirigentes opositores.

Las manifestaciones degeneraron en algunos hechos de violencia que han dejado 39 muertos y unos 600 heridos, además de que más de un centenar de personas siguen detenidas y sometidas a proceso, entre ellos dos alcaldes destituidos y el líder del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, del ala radical de la MUD.

López, junto con María Corina Machado, diputada opositora destituida de su escaño al calor de las protestas, fue promotor de "la salida", estrategia que planteaba forzar con manifestaciones la renuncia de Maduro y que fue tachada por el mandatario de "golpe de Estado en desarrollo". 

Ausencias y agenda suspendida

Voluntad Popular ha advertido que no participará en el encuentro. "Con presos y perseguidos políticos, con represión, NO puede plantearse un diálogo", escribió el partido en su cuenta de Twitter.

En cambio Capriles, quien hace un año fue derrotado en la presidencial por Maduro, por una diferencia de 1,5%, confirmó su asistencia.

"Le digo a nuestro pueblo: yo voy a defender la verdad (...) cuando nos toque hablar temblará en Miraflores porque le diremos al gobierno la verdad", dijo Capriles el miércoles.

En la agenda, el gobierno propone planes de pacificación del país y de desarrollo económico, mientras que la oposición pone el acento en una ley de amnistía para los detenidos y procesados, y el desarme de los denominados "colectivos", civiles armados señalados de vínculos con el chavismo.

Pero Maduro, heredero político del fallecido presidente Hugo Chávez, salió al paso de estas demandas el pasado martes con la advertencia de que "aquí va haber justicia, no va haber impunidad", además de lanzarse en una apasionada defensa de los colectivos.

En declaraciones a la AFP, el politólogo John Magdaleno se mostró poco optimista sobre la perspectiva de este diálogo, al que la oposición acude porque representa una oportunidad "para plantear algunos temas a debate público" mientras que Maduro accede por presiones internacionales resultado de la "imagen negativa" de su gobierno" en el mundo.

"Hay sobradas razones para ser escépticos respecto de los avances que puedan producirse, habrá que ver cómo se desarrollan las conversaciones y sobre todo examinar con detalle la pre-agenda para iniciar las conversaciones", dijo.

El martes, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, expresó su apoyo "a los esfuerzos de mediación" de la Unasur mientras que el miércoles su subsecretaria adjunta, Roberta Jacobson, subrayó la importancia de "una presencia externa para un diálogo real".