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¿Qué implican las cinco medidas económicas anunciadas por Maduro?

Tras mucha especulación y espera, el mandatario dio a conocer las medidas con las que busca resolver la crisis. Incluido el polémico aumento del precio de la gasolina y la devaluación del bolívar.

Alianza BBC
18 de febrero de 2016

Finalmente, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció las medidas económicas con las que espera resolver la profunda crisis que vive su país.

Después de casi dos años de discusión o de medidas sacadas a cuenta gotas, llegó la hora de lo que en la oposición llaman "el paquetazo de Maduro".

Aunque el mandatario dice que "no es un paquete neoliberal".

Analistas, consultores e incluso funcionarios del gobierno recomendaron durante años este tipo de medidas, pero siempre habían sido pospuestas.

Venezuela ahora pasa por una crisis sin precedentes. En general, lo que Maduro busca es aumentar los ingresos del Estado para aliviar el déficit fiscal, que es el incentivo principal de la inflación, la más alta del mundo.

Pero en concreto: ¿qué fue lo que anunció y qué implicaciones tiene?

1. Aumento del precio de la gasolina

El aumento del precio de la gasolina es quizá la medida más impopular que puede tomar un mandatario venezolano: al sentarse en las reservas de petróleo más grandes del mundo, muchos venezolanos creen tener derecho a gasolina barata.

En 1989, un aumento de su precio fue unos de los detonantes del Caracazo, una ola de disturbios y saqueos que terminó con cientos de muertos en la capital.

En 1996, se aplicó un aumento que no levantó protestas, pero desde entonces el precio ha estado inmóvil a pesar de que la inflación desde entonces ha sido del 10.000%, según cifras oficiales.

El gobierno dice que destina US$12.500 millones al año a abastecer la demanda interna de gasolina, una cifra que genera todo tipo de desequilibrios fiscales.

La gasolina ahora costará 1 bolívar por litro para la de 91 octanos y 6 para la de 95, que es la que usa un 70 % de los conductores según cifras oficiales.

Se trata de un aumento del 1.328 % y el 6.085 %, respectivamente, un incremento que muchos venezolanos temen aumentará los precios del transportes y, por consiguiente, de todos los bienes y servicios, que de por sí ya son caros debido a la inflación.

2. Devaluación

También con el objetivo de que los ingresos del Estado aumenten, Maduro anunció una restructuración del sistema de cambio de divisas que en concreto representa una devaluación, pero no erradica del todo el control de cambios ejercido por el gobierno.

El sistema que antes contaba con tres tasas de cambio oficiales ahora tendrá dos: la de 6,3 bolívares por dólar pasa a 10 bolívares, la de 12 bolívares, el Sicad, se elimina y la de 200 (Simadi) se mantiene, pero será "flotante".

La tasa de 10 bolívares será para medicinas, programas sociales, alimentos y maquinaria para producir, dijo Maduro.

La de 200 queda para todo lo demás.

Analistas críticos dicen que los incentivos para la corrupción se mantienen, pues obtener un dólar a tasa oficial básica y luego venderla en el mercado negro –donde un dólar se cotiza a más de 1.000 bolívares– sigue siendo un negocio muy lucrativo.

Pero además aseguran que cuando no hay dólares –cuyo ingreso según Maduro se redujo en un 90% en un año por la caída del precio del petróleo–, no hay sistema de control de cambios que genere confianza y estabilidad.

3. Ajuste de precios de productos regulados

Maduro anunció que los precios de los productos cuyo valor es fijado por el Estado serán revisados.

Según analistas, la causa principal de la escasez en Venezuela es el control de precios a ciertos productos considerados básicos.

Los llamados "productos regulados" –alrededor de 100– tienen un precio inferior al del mercado, con lo que el gobierno busca permitir el acceso a toda la población.

Sin embargo, con precios tan bajos la demanda es infinita, y ahora el gobierno parece estar dispuesto a aumentarles el precio, en palabras de Maduro, "con base a su precio real".

Lo que queda por resolverse de este ajuste de precios, que es central porque tiene un impacto en lo que consumen la mayoría de los venezolanos, es si en efecto los productos se empiezan a vender por su precio real.

Aunque esto en teoría incentivaría la importación y la producción de estos productos, muchos temen que la permanencia del control estatal de precios haga que el ajuste sea irrelevante dentro de unos meses, cuando la inflación distancie de nuevo el valor real del valor regulado.

4. Reforma al sistema de alimentario

Una de las frases más llamativas de las 4 horas de alocución presidencial fue esta: "El Abasto Bicentenario se pudrió".

Maduro se refiere a una de las redes principales de supermercados del Estado, que es hija de varias expropiaciones que ordenó Chávez hace unos años.

Las autoridades han arrestado esta semana a medio centenar de funcionarios de los Abasto Bicentenario, que presuntamente estaban envueltos en una red de corrupción que aprovechaba el acceso a bienes de precio regulado.

Para reestructurar el sistema de distribución y venta de alimentos del Estado, Maduro anunció la creación de una corporación dedicada al tema y la intervención de las otras redes de mercados estatales, Mercal y PDVAL.

5. Aumentos de salarios y bonos

La única medida anunciada por Maduro que no tendrá un impacto negativo en el bolsillo de los venezolanos es el aumento del salario mínimo y de otros bonos alimenticios y de pensiones a partir del 1 de marzo.

En concreto, Maduro dijo que el salario mínimo pasa de 9.649 bolívares a 11.578 bolívares y que el bono de alimentación pasa de 6.750 a 13.275.

Es decir: quienes reciben ambos ingresos, que son la mayoría de los venezolanos, tendrán un sueldo de 24.853 bolívares al mes, que a la tasa flotante de 200 bolívares significa US$124.

Sin embargo, muchos creen que con una inflación de más del 140% anual, los aumentos del salario son paños de agua tibia.

Según el centro de estudios CENDA, la canasta básica de alimentos mensual cuesta más de 100.000 bolívares.

En 17 años los gobiernos de Hugo Chávez y Maduro aumentaron el salario mínimo 31 veces, algo que para el oficialismo es un motivo de orgullo, mientras que para la oposición, una prueba más del "desastre revolucionario".