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Ramon Sampedro, vivió 29 años paralizado, y fue el primer español en solicitar el suicidio asistido a una Corte. Murió en 1998 en "extrañas circunstancias". | Foto: AP

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Vía libre a la ley de muerte digna en España

Un paciente terminal en España podrá renunciar a un tratamiento médico o al uso de sedantes a pesar de que la decisión acelere su muerte.

Alianza BBC
13 de mayo de 2011

El Consejo de Ministros de España acaba de aprobar el polémico anteproyecto de ley de muerte digna, calificada como "eutanasia encubierta" por algunos sectores y como positiva, pero limitada por asociaciones que defienden la muerte asistida.

Aunque países del entorno, como Holanda, Bélgica o Suiza, tienen una legislación más desarrollada al respecto, el proyecto de ley incluye aspectos innovadores como el reconocimiento a la intimidad del paciente y de su familia.

En su etapa final el enfermo terminal tendrá derecho a pasar sus últimos momentos acompañado en una habitación privada. Otra de las novedades es que la ley también cobijaría a menores de edad.

"Sin duda es un paso adelante pero el proyecto de ley sólo contempla a los enfermos terminales. No incluye casos de Alzheimer o degenerativos, una esclerosis múltiple, enfermedades invalidantes como la tetraplejia del caso Ramón Sampedro (personaje que encarnó Javier Bardem en la película Mar Adentro)", comenta a BBC Mundo Isabel Torres, coordinadora de la Asociación Derecho a morir dignamente en Andalucía.

Precisamente, Andalucía fue la primera comunidad autónoma en regular hace un año el derecho a una muerte digna, luego le seguiría Aragón.

Eutanasia, debate pendiente
 
La ley, que debería ser ratificada por el Congreso de España antes del verano, no regula la eutanasia ni el suicidio asistido, que siguen siendo penalizados en España.

En ese sentido, la asociación lamenta que el gobierno socialista abriese el debate sobre la legalización de la eutanasia, una propuesta que incluyó en su programa electoral.
 
"La sociedad española está madura para este debate pero el gobierno lo ha dejado aparcado posiblemente por temor a sectores reaccionarios", señala a BBC Mundo Manuel García, responsable de comunicación de Derecho a Morir Dignamente en Madrid.

"Lo que se pide es decidir sobre la propia vida. Vivir no sólo significa poder respirar sino tener un proyecto de vida y si una enfermedad te lo impide, deberías poder decidir cuando se acaba".

Pero desde la Iglesia, el derechista Partido Popular, y asociaciones como Profesionales por la Ética, se percibe todo lo contrario y se califica el proyecto de ley como una "puerta de entrada a la eutanasia".

"La legislación consagrará la autonomía absoluta del paciente o de sus familiares incluso por encima de la buena praxis médica y de la deontología profesional. Eso incluye el derecho a la sedación terminal aún en el caso de que esté contraindicada o la posibilidad de retirar cuidados básicos como la alimentación o la hidratación", detalla Carlos Álvarez, portavoz de Profesionales por la Ética.

En ese sentido, algunos Colegios de Médicos como el de Sevilla han manifestado su preocupación porque se practique una eutanasia activa y encubierta.

"Esperamos que esta medida no incite al médico a acelerar el proceso de muerte. El código deontológico médico defiende la vida", subrayó Carlos González Vilardell, presidente del colegio.

El caso latinoamericano
 
El proyecto aprobado podría ser un referente para países como Argentina donde hace poco se vivió una fuerte polémica con el caso de Melina González, la joven terminal a la que se le extirpó un tumor maligno de la espalda y que pedía desesperadamente que la sedaran para aliviar los dolores.
 
En Argentina sólo la provincia de Río Negro cuenta con una legislación de cuidados paliativos, de allí el debate médico. Finalmente el Comité de Ética del Hospital Garrahan aceptó suministrarle sedantes para que permaneciera inconsciente hasta su muerte.
 
En el caso de México la legislación española coincide en muchos puntos con la llamada Ley del "bien morir" que se aplica a los enfermos desahuciados que viven en la capital. La diferencia es que la primera tiene un alcance nacional y la segunda sólo se aplica en el Distrito Federal.
 
Un punto que no incluye la legislación española y sí la mexicana es el reconocimiento de la objeción de conciencia del personal sanitario que no quiera intervenir en la aplicación de la ley. En España las prácticas reguladas son derechos indisputables del paciente.
 
En el caso de Colombia, el primer país de América Latina en aprobar la eutanasia en 1997, tras falló de la Corte Constitucional, aún está pendiente de desarrollar una legislación al respecto.
 
"El caso de Colombia es excepcional pero no ha elaborado una ley de muerte digna y eutanasia. La Corte señaló que una persona tiene ese derecho pero aún no se ha desarrollado la normativa en ese sentido", anota García.
 
En 2008 el senado colombiano aprobó la reglamentación de la eutanasia a grandes rasgos: el enfermo es el único que puede decidir si se aplica o no la eutanasia y se pidió controlar un posible turismo eutanásico, limitando la práctica sólo a nacionales o a extranjeros que hayan residido en el país por más de un año.