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Zelaya denuncia plan para asesinarlo

A pesar del toque de queda los actos vandálicos han aumentado.

23 de septiembre de 2009

La convulsión aumentó en Tegucigalpa con la muerte de un adolescente, saqueos y actos vandálicos, algunos cometidos en plena vigencia del toque de queda impuesto por el retorno del presidente derrocado Manuel Zelaya, quien desde su refugio en la embajada de Brasil denunció intentos para asesinarlo.

"Hay un clima de inseguridad provocado por los simpatizantes de Zelaya, que se enfrentan a la policía con el fin sembrar el caos y la destrucción especialmente en la capital y que ignoran el toque de queda prevaleciente en el país", dijo el miércoles a la AP el portavoz de la Secretaría de Seguridad, comisario Orlin Cerrato.

Informó que un adolescente herido de bala la noche del martes, murió después en un hospital público.

El gobierno de facto suspendió temporalmente el toque de queda que decretó desde que el lunes en la tarde se supo que Zelaya se encontraba en la capital hondureña, a pesar del cual hubo ciudadanos que se congregaron para enfrentarse con las fuerzas de seguridad y causar destrozos.

El Pedregal, el barrio objeto de los últimos saqueos al sur de la ciudad, lucía como una zona de guerra, con barricadas que impedían el tránsito y donde los periodistas solo pudieron ingresar en grupo.

Allí, cientos de personas arrasaron entre la noche del martes y la madrugada del miércoles dos supermercados, una venta de electrodomésticos, una sucursal bancaria y una distribuidora de teléfonos celulares.

"Esto va a seguir, nadie lo puede parar, la gente tiene hambre", dijo a la AP Alberto Arce Cabrera, un pintor de 43 años, quien justificó su participación en los saqueos porque "tengo que buscar comida para mis tres hijos".

Zelaya, derrocado el 28 de junio, denunció que el gobierno de facto está "bombardeando (la embajada brasileña) con químicos y con señales electrónicas de alta frecuencia que nos están afectando la salud a todos". Dijo que dentro del recinto hay unas 100 personas, después que más de 160 optaron por salir el día previo.

En la víspera "decían que iban a asaltarnos en la embajada y que iban a declarar un suicidio de mi parte. Yo denuncio ante la comunidad internacional que José Manuel Zelaya Rosales no se está suicidando", añadió el mandatario derrocado en una entrevista telefónica con la televisora por cable argentina Todo Noticias.

El ministro de Información de facto, René Zepeda, rechazó que el gobierno lance químicos contra la embajada brasileña y dijo que el "sonido estridente" lo utilizó la policía únicamente el martes para desalojar a los simpatizantes de Zelaya de los rededores del edificio diplomático. El gobierno de facto ha negado que intente tomar por asalto el lugar.

Más tarde, Zelaya pidió al programa de radio costarricense Nuestra Voz que la comunidad internacional "que no deje solo al pueblo hondureño en esta lucha" a la que llamó "la ofensiva final".

Uno de los seguidores de Zelaya que permanece en la embajada, el agrónomo Gerardo Valladares de 50 años, dijo a la AP que "tenemos agua y comida, pero no en abundancia. Comemos poco los tres tiempos al día raciones caseras de arroz, frijoles y huevos, todo en platos y cubiertos de plástico". Ayer se observó a personal de Naciones Unidas y de organizaciones de derechos humanos entregando alimentos en el recinto.

Valladares dijo que desde el lunes no se ha cambiado de ropa, bañado ni cepillado los dientes.

Cerrato dijo que durante la noche y madrugada surgieron el menos 50 focos de violencia que debieron ser aplacados y un total de 113 personas fueron detenidas. "Tuvimos de hacer esfuerzos para enviar los agentes a tantos lugares diferentes de la ciudad", indicó.
El Hospital Escuela de Tegucigalpa, el más grande de la capital, informó que en la noche del martes ingresaron tres personas heridas de bala: dos mujeres y el adolescente Jhonatan Salvador Velázquez, quien murió después.

El líder de la Resistencia contra el Golpe de Estado, Juan Barahona, declaró que "todo lo que ocurre en nuestro país lo ha causado la represión desatada por (el presidente de facto Roberto) Micheletti en contra de la democracia".

El gobierno de facto suspendió el miércoles el toque de queda hasta las 4 de la tarde. Miles aprovecharon para salir y se observaron largas filas en gasolineras y otros comercios. "Esto está bastante caótico, estamos desesperados por esta situación", dijo a la AP Edie Eguigure, un comerciante de 47 años que hacía cola para comprar queso.

El ministro de Economía de facto, Benjamín Membreño, llamó a la calma y aseguró que "hay alimentos para dos semanas en Tegucigalpa.

Cientos de simpatizantes de Zelaya aprovecharon la suspensión del toque de queda para manifestar en apoyo a su líder.

Las autoridades mantienen cerrados los cuatro aeropuertos internacionales del país.
En Washington, al hablar sobre la situación en Honduras, el vocero del departamento de Estado, Ian Kelly, dijo en rueda de prensa que el gobierno estadounidense jugó un papel en lograr restablecer la electricidad y el agua que habían sido cortados en la sede diplomática brasileña.
 
AP.