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Estación de policía atacada con bomba en zona tibetana de China

17 de marzo de 2009

BEIJING (AP) — Una estación de policía recién construida en una área tibetana del oeste de China fue atacada con una bomba, dijo el martes un policía, en medio de un clima tenso por el aniversario de una fallida revuelta en el Tíbet contra el dominio chino.

No se informó de lesionados por la bomba arrojada por desconocidos.

El ataque ocurrió unos días después de cumplirse el sábado el primer aniversario de las manifestaciones antigubernamentales en la capital regional tibetana de Lhasa. El martes se conmemoran también 50 años de la salida del Dalai Lama al exilio en la India luego que las fuerzas chinas sofocaron la revuelta.

La bomba, lanzada la noche del lunes, rompió varias ventanas en la estación de Bogexi, una localidad en la prefectura de Ganzi habitada en su mayoría por tibetanos, dijo el policía Liu Xiaojun.

La estación no estaba todavía ocupada y el caso es investigado, indicó Liu, de la oficina de seguridad pública en el municipio de Batang que tiene a su cargo la seguridad de Bogexi. Batang, en la provincia de Sichuan en el extremo occidental de China, está ubicada a unos siete kilómetros (cinco millas) de la frontera del Tíbet.

El periódico estatal China Daily responsabilizó a "terroristas" por la explosión, sin ofrecer detalles.

La agitación del año pasado en Lhasa fue desatada por la manifestación pacífica de los monjes a fin de conmemorar el abortado alzamiento armado de 1959, y que fue bloqueada por la policía. Se extendió a otras tres provincias en el oeste de China — Sichuan, Gansu y Qinghai — y fue la agitación tibetana mayor y más generalizada en décadas.

China respondió enviando refuerzos masivos de seguridad a la región, y los grupos tibetanos defensores de los derechos civiles dijeron que muchos monjes y monjas fueron detenidos o encarcelados y que los monasterios fueron estrechamente vigilados.

Las rígidas medidas de seguridad fueron mantenidas la mayor parte del último año y los residentes dijeron que fueron aumentadas nuevamente las últimas semanas al intentar evitar Beijing la repetición de las manifestaciones callejeras con motivo del aniversario. Los puestos de control en carreteras y caminos funcionan ahora permanentemente y la policía y las fuerzas paramilitares patrullan hasta las aldea más pequeñas.