EE.UU

Activista contra indocumentados mata a un hombre y su hija

19 de junio de 2009

PHOENIX (AP) — Su portal de internet dice que Shawna Forde "hacía el trabajo que el gobierno no hace": patrullar la frontera en busca de indocumentados. Para ello, sin embargo, ella y su grupo necesitaban dinero.

Y decidieron tomar un atajo para obtenerlo. La policía dice que Forde y dos hombres se pusieron uniformes de la Patrulla de Fronteras e ingresaron en lo que pensaron era la casa de un traficante de drogas, en busca de dinero o drogas para vender, pero no encontraron nada y terminaron matando al ocupante de la vivienda y a una hija de nueve años.

El episodio, ocurrido el 30 de mayo, estremeció al movimiento que promueve la lucha contra los indocumentados, integrado mayoritariamente por gente pacífica, y pasó a ser un nuevo ejemplo del uso de la violencia para impulsar una causa.

En semanas recientes, un octogenario blanco, racista, fue acusado de matar a un guardia negro en el Museo del Holocausto de Washington y un individuo que se opone al aborto habría matado a tiros a un médico que realizaba esas intervenciones en Kansas.

El que elementos del movimiento contra los indocumentados hayan recurrido a la violencia no sorprende a Heidi Beirich, directora de investigaciones del Southern Poverty Law Center, que estudia ese tipo de agrupaciones caracterizadas por su intolerancia hacia otros grupos.

"Hace tiempo que pronosticamos que este movimiento se tornaría violento en algún momento", declaró.

Su organización dice que la cantidad de agrupaciones intolerantes subió un 54% desde el 2000, en buena medida por el malestar con la llegada de indocumentados hispanos, la elección del primer presidente negro y la desaceleración económica.

En los últimos años surgieron varias organizaciones decididas a frenar la llegada de indocumentados y muchas de ellas se enfocaron en Arizona, el principal corredor para el ingreso ilegal desde México.

El movimiento ha sido pacífico, "pero está siendo usado por algunos para promover ideologías racistas e intolerantes", declaró Brian Levin, director del Center for the Study of Hate and Extremism at California State University-San Bernardino. "Quiero dejar en claro una cosa: no todos en el movimiento son así, pero esos sectores (racistas) representan un gran problema".

Levin dijo que el movimiento atrae gente con motivos ocultos. Los grupos más grandes tratan de deshacerse de la gente problemática, pero no tienen forma de impedir que renegados como Forde formen sus propias agrupaciones ni de que exploten el nombre de los Minuteman, la organización de lucha contra los indocumentados más conocida.

Luego de los asesinatos, esa agrupación se distanció rápidamente de Forde y dijo que había advertido que la mujer representaba un peligro.

"Sabíamos que Shawna Forde no era solo un personaje desagradable, sino alguien bastante desequilibrado", manifestó Chris Simcox, fundador de una de las primeras agrupaciones de vigilancia de la frontera, el Cuerpo de Defensa Civil Minuteman.

Forde, quien fue acusada de asesinato junto con sus dos presuntos cómplices, no aceptó dar una entrevista. Al ser arrestada, negó haber tenido participación alguna en las matanzas.

Antes de venir a Arizona, Forde, de 41 años, vivió en Everett, estado de Washington, donde se postuló al concejo municipal en el 2007. En la ocasión dijo que permitiría que la policía corroborase el status migratorio de las personas, según relatos de la prensa local.

Pronto se hizo notar en esta comunidad de 100.000 habitantes y se hizo famosa entre los sectores empeñados en combatir a los indocumentados cuando dijo que su esposo fue baleado y ella fue violada y lastimada en represalia por sus actividades contra la inmigración ilegal.

Esa denuncia causó revuelo y Forde se granjeó un grupo de simpatizantes en la internet. La policía de Everett sigue investigando su denuncia pero no ha hecho arrestos, según dijo. Algunos elementos del movimiento contra los indocumentados han dicho que su historia no parece verídica y creen que está mintiendo.

En octubre, Forde se presentó en un acto de vigilancia de la frontera organizado por la gente de Simcox y dijo que su agrupación combatiría a los narcotraficantes, lo que inquietó a Simcox.

"Uno no provoca a los carteles", dijo Simcox. "Eso no nos gustó nada".

Simcox resaltó que su organización expulsó a Forde en el 2007 en medio de denuncias de que había mentido y se había hecho pasar por una dirigente de rango. Afirmó que eso demuestra que su movimiento está en condiciones de eliminar las manzanas podridas.

El grupo de Forde era pequeño y desorganizado. Tenía 14 miembros y no realizaba reuniones ni actividades formales, según Chuck Stonex, ex integrante del grupo, quien reside en Alamagordo, Nuevo México. Stonex se alejó del grupo tras el arresto de Forde.

Forde sostiene que organiza misiones de reconocimiento que denomina Operaciones Delta One, pero se negó a dar detalles o a identificar a sus adherentes, indicó Stonex.

A menudo habló de comprar 16 hectáreas de terreno para lanzar desde allí operaciones de vigilancia de la frontera en el sur de Arizona. Sin embargo, se molestaba cuando se le preguntaba cómo hará para pagar por el terreno, relató Stonex.

Stonex y Forde hablaron una vez de lo que harían si encontraban un camión repleto de drogas en el desierto, según Stonex. Forde dijo que conocía un individuo que podía vender la droga y darle el 60% de las ganancias.

"Tenía sus propios intereses", manifestó Stonex. "Hacía lo suyo y no le importaba si alguien resultaba herido".