El presidente Alvaro Uribe no ha querido revelar sus verdaderas intenciones sobre una segunda reelección. | Foto: Archivo SEMANA

POLÍTICA

‘The Washington Post’, en contra de la segunda reelección de Álvaro Uribe

En un editorial el diario dice que la continuidad del presidente puede minar sus propios logros; que si Uribe no lanza su candidatura fortalecerá las instituciones democráticas, y que Juan Manuel Santos puede ser un sucesor digno.

Juan Carlos Iragorri, corresponsal de Semana en Estados Unidos
29 de mayo de 2009

El diario ‘The Washingon Post’, el más influyente en Estados Unidos desde el punto de vista político, le pide hoy viernes al presidente Álvaro Uribe que no se presente a una segunda reelección. En un editorial titulado ‘Los límites de un líder’, el rotativo afirma que “el argumento más convincente” para que Uribe no busque otros cuatro años en la Casa de Nariño es “el fortalecimiento de las instituciones democráticas de Colombia”.

Según la nota, si Uribe sigue en la presidencia a partir del año entrante “corre el riesgo de minar sus propios logros” y “perderá el apoyo de algunos de sus seguidores más fuertes”. Además, pondrá “bajo presión las buenas relaciones de que ha gozado con Estados Unidos”. Y agrega: “Mejor sería que renunciara a su candidatura, y le diera al país un gran regalo al fortalecer el sistema político por cuya salvación tanto ha luchado”.
El ‘Post’, que tiene casi 700.000 ejemplares de circulación diaria, se pronuncia sobre un posible reemplazo de Álvaro Uribe. Tras registrar que el presidente ha declarado su preocupación por la continuidad de la seguridad democrática, dice que “hay al menos un sucesor que vale la pena: el saliente ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, que renunció hace poco y que ha dicho que se lanzará a la presidencia si Uribe no lo hace”.

El artículo editorial de ‘The Washington Post’ empieza por reconocer los logros de Uribe, que “en siete años se ha convertido en uno de los presidentes más exitosos de la historia moderna de Colombia”. Y señala que cuando Uribe asumió el poder, el país “estaba a punto de ser un estado fallido. Hoy, en cambio, el gobierno “ha reestablecido el control sobre el territorio y desmovilizado o derrotado a las guerrillas de derecha e izquierda”.

Los escándalos que han salpicado al gobierno, “algunos de ellos serios”, advierte el editorial, “han debilitado los éxitos históricos de Uribe”. Y se explica: “Más de dos docenas de soldados han sido detenidos por el asesinato de civiles inocentes a quienes han descrito como guerrilleros; el servicio de inteligencia está bajo investigación por el espionaje de opositores políticos y periodistas. Y aunque el señor Uribe no está personalmente implicado, sus dos hijos han sido blanco reciente de acusaciones de corrupción”.

El texto traza además una línea entre Uribe y el presidente venezolano Hugo Chávez, que “ha eliminado los límites de sus periodo en el poder y que busca destruir lo que queda de la oposición”. Y afirma: “En una región plagada de desgobierno, el señor Uribe ha demostrado cuánto puede alcanzar un presidente democráticamente elegido. Ahora tiene la oportunidad de subrayar la importancia de situar a las instituciones y al imperio de la ley por encima de cualquier líder”.