Aliado enfermo

30 de noviembre de 2003

La salud del presidente egipcio, Hosni Mubarak, se ha convertido en un problema de Estado. Todo empezó cuando recientemente Mubarak, de 75 años, sufrió un repentino ataque de tos que lo obligó a interrumpir un discurso televisado durante 45 minutos. A pesar de que regresó en medio de los aplausos a terminar su texto, el incidente sembró la duda sobre su estado de salud. Y la duda al día siguiente se volvió preocupación, pues tuvo que suspender la tradicional gira de celebración del fin del Ramadán a causa de una fuerte gripa. Su muerte sería un problema serio para el país árabe, que es el aliado más importante de Estados Unidos en el Medio Oriente -después de Israel-, pues Mubarak, en sus 22 años de gobierno, nunca ha designado a un sucesor. Muchos creen, sin embargo, que su más probable reemplazo sería su hijo Gamal, quien ha incursionado en política desde 2000. Otro sería Omar Suleiman, un general muy influyente en Egipto y quien además es jefe de la inteligencia.