Ammán 9-11

12 de febrero de 2006

La sangrienta noche que vivió la capital jordana el pasado miércoles 9, cuando 67 personas murieron y cientos quedaron heridas tras la explosión de tres bombas en una zona turística de la ciudad, provocó un día de duelo y manifestaciones callejeras. El reino es uno de los principales aliados de Estados Unidos en Oriente Medio y es de los pocos países árabes firmantes de un tratado de paz con Israel, por lo cual una retaliación de grupos extremistas era de esperarse. Paradójicamente, en el Hotel Grand Hyatt, lugar de una de las explosiones, la Policía celebraba un congreso sobre seguridad. A pocos metros y casi simultáneamente, en el Hotel Radisson, la alegría de una boda se convirtió en caos y tristeza. Todas las muertes se produjeron en estas dos explosiones cometidas por suicidas. Una tercera detonación con carro bomba ocurrió en el Hotel Days Inn, pero no produjo muertes. La célula de Al Qaeda en Irak, dirigida por el jordano Abu Musab al Zarqaui, se adjudicó los atentados.