BORRANDO EL CODO...

10 de noviembre de 1986

Trece años en el poder parecer estar afectando a Pinochet. No se trata esta vez de la creciente oleada de protestas contra su régimen o de un nuevo llamado a retorno a la democracia proveniente de distintos sectores de la opinión. El problema tiene que ver con las medidas que el propio dictador tomó esta semana. Mientras por un lado, dentro del proceso de reorganización de las Fuerzas Arrnadas nombró al jefe de la Policia Secreta, general Humberto Gordon, nuevo miembro de la Junta Militar, por el otro --quizás queriendo borrar con el codo lo hecho con la mano--ordenó al ministro del Interior, Ricardo Garcia, iniciar un diálogo con los sectores políticos en torno a una ley de partidos que entraría en vigencia en los primeros meses de 1987 y a un anteproyecto de registros electorales. Los cambios se producen, curiosamente, en momentos en que Estados Unidos, a través del subsecretario de Asuntos Interamericanos Elliot Abrams, le ha puesto al gobierno del general un plazo de cinco semanas para que "mejore el respeto a los derechos humanos" antes de aprobar un préstamo de 250 millones de dólares del Banco Mundial a Chile.