China

Carrera de obstáculos

12 de abril de 2008

Los manifestantes a favor de la liberación del Tíbet han vuelto tortuoso el recorrido de la llama olímpica alrededor del mundo. En Londres hubo decenas de detenidos, en París (foto) lograron apagarla y en San Francisco pocos la vieron debido a las extremas medidas de seguridad. A pesar de que el Dalai Lama no está en contra de las justas, se esperan más protestas en las ciudades faltantes, por lo que ya se ha estudiado la posibilidad hasta de suspender la tradicional cruzada. Y aunque el Comité Olímpico Internacional se ha limitado a decir que los Juegos deben estar separados de la política, esto parece imposible. El Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, anunció que no irá a la inauguración, lo mismo que el primer ministro británico, Gordon Brown; Nicolas Sarkozy condicionó su asistencia a que China inicie diálogos con el Dalai Lama, y el Parlamento Europeo se mostró a favor de un boicot en contra de los Juegos. Pocos gobiernos, como el de Venezuela, le han mostrado su solidaridad al gigante asiático. De esta forma, todo indica que a China le saldrá el tiro por la culata en usar los Juegos Olímpicos como vitrina para mostrar su progreso económico