Difícil feminidad

Las mujeres son las que peor la pasan en Afganistán. Según un reportaje de The New York Times, durante varias generaciones ha existido la costumbre oculta, en muchas familias afganas, de vestir a sus hijas como varones. En vez de velo y vestido, les ponen ropa masculina y les cortan el pelo muy corto. En el quinto país más pobre del mundo, muchos padres necesitan que sus hijas accedan a empleos reservados para los hombres. Además, está la presión social. “Cuando no tienes un hijo varón es como tener un fracaso en la vida. Todos se sienten mal por ti”, dijo al diario la madre de Mehran, una niña de seis años que asume su rol de niño. La madre es una parlamentaria afgana a quien, en su niñez, también le tocó desempeñar el papel de hombre. No es de extrañarse que Afganistán esté en la mira de organizaciones que luchan por los derechos de la mujer.