El asesino de Bin Laden

El odio de los norteamericanos hacia Osama Bin Laden está llegando a puntos insospechados. Hace pocos días fue capturado Gary Faulkner, un obrero de Colorado que decidió hacer justicia con sus propias manos y matar al líder de Al Qaeda. Ante la incapacidad de los militares para hacerlo, viajó a principios de junio a la frontera entre Pakistán y Afganistán, donde se esconde el terrorista. Cuando las autoridades lo detuvieron en las montañas no le creyeron, hasta que le encontraron una espada, una pistola y unos binoculares con visión nocturna. El hombre, de 52 años, conocía bien la zona, sabía algunas palabras en urdu y se había dejado crecer la barba para camuflarse más fácilmente. Sin ningún tipo de entrenamiento se embarcó en una aventura que pudo costarle la vida. Pero de haber tenido suerte, habría recibido los 25 millones de dólares que ofrece el FBI por el hombre más buscado del mundo.