El mundo está loco, loco...

Durante 2004 cientos de historias curiosas se perdieron en medio de las noticias. Como el ayudante de la familia real británica que perdió su trabajo después de intentar vender uno de los pudines de Navidad de la reina Isabel en el sitio de subasta de Internet eBay. O la incautación de las autoridades israelíes de un envío de 80.000 latas de alimento de perro disfrazadas como paté de hígado, que habían sido manipuladas para hacerlos parecer Kosher. O el oficial del ejército hindú que fue suspendido por salpicar salsa de tomate a civiles para hacerlos ver como cadáveres. O como el puente Ampera en Indonesia que corre peligro de derrumbarse porque muchas personas utilizan sus pilares como baño público. O como el soldado inglés que, borracho, se disfrazó de terrorista árabe y disparó las alarmas de su guarnición en Aldershot. En fin, un mundo loco, loco, loco.