El último dictador

“Tendrán que tratar conmigo durante otros cinco años, como mínimo”. Ese fue el mensaje que Alexandr Lukashenko envió el domingo a sus críticos tras ganar por cuarta vez consecutiva las elecciones presidenciales en Bielorrusia. En las calles de Minsk, mientras tanto, la Policía reprimía una multitudinaria manifestación contra el gobernante con tanta violencia que siete de los nueve candidatos terminaron presos. Vladimir Niklayev, su principal rival, fue golpeado hasta quedar inconsciente. Los resultados, que le daban a Lukashenko el 76,6 por ciento de los votos, fueron puestos en duda por los observadores internacionales. “Se olvidan de que han venido para observar las elecciones y no para valorar ni opinar”, respondió el Presidente, de 57 años, quien desde que llegó democráticamente al poder, en 1994, ha hecho todo para atornillarse en el mismo. Uno de los pocos que lo felicitó fue su amigo el presidente venezolano, Hugo Chávez.