EN DEFENSA DE LOS BIENES

21 de septiembre de 1992

CUATRO CARROS bomba con resultado de 30 muertos son suficientes para movilizar a cualquiera. Esa parece ser la reflexión de Car los Neuhaus, alcalde del elegante distrito limeño de San Isidro, para organizar grupos de "serenos honorarios" cuya misión será evitar que el grupo terrorista Sendero Luminoso cumpla su amenaza de llevar su "guerra" a los barrios de las clases media y alta.
Se trata de la versión "pituca" (apodo de los ricos en Lima) de las rondas urbanas y rurales que existen en algunos sectores de Perú. Entre las obligaciones de esos "serenos" está la de llevar una lista de los ocupantes de cada casa -incluidas las empleadas domésticas-, conocer sus ocupaciones, las placas de sus vehí culos y tener información sobre los visitantes más frecuentes, en particular de quienes lleven menos de un año en el lugar. El hecho subraya el grado de sicosis al que ha llegado la sociedad peruana ante el terrorismo y algunos comentan irónicamente que el "serenazgo honorario" es lo más parecido a los Comités de Defensa de la Revolución existentes en Cuba.