Espías en Guantánamo

29 de septiembre de 2003

Funcionarios del Pentágono revelaron esta semana dos graves casos de espionaje en la base militar de Estados Unidos en Guantánamo, Cuba, donde funciona la cárcel que alberga a más de 600 supuestos miembros de Al Qaeda y el Talibán. Uno de los espías, Ahmad al Harabi, era un integrante de la fuerza aérea que desde hacía nueve meses trabajaba como traductor entre los investigadores y los presos. El Pentágono, que lo había arrestado a finales de julio por tener en su computador portátil información confidencial sobre los detenidos y las instalaciones del complejo, lo condenó el martes tras encontrarlo culpable de los cargos de "espionaje y ayuda al enemigo". Sólo dos días antes agentes de inteligencia habían arrestado en Jacksonville al capitán James J. Yee, un capellán musulmán proveniente de Guantánamo. Al momento de la detención el capellán, que ofrecía servicios religiosos a los presos, fue encontrado con mapas de las celdas, una información que, según las autoridades, "no debería tener en su poder un hombre de Dios".