Estados Unidos: Por mentiroso e infiel

16 de agosto de 2008

Hasta hace poco, los estadounidenses veían a John Edwards (en la foto con su esposa Elizabeth) como un político perseverante con una historia familiar de superación. Pero esa imagen cambió la semana pasada, cuando el ex candidato presidencial admitió haber tenido una relación extramatrimonial en 2006. El hecho no pasaría de ser uno de tantos romances que sacuden la política de Estados Unidos, de no ser porque para Edwards, su familia siempre ha estado en el centro de su carrera política. Para honrar públicamente a su primer hijo, quien murió en 1996, Edwards buscó una curul en el Senado. Luego, en marzo de 2007, el político y su esposa se convirtieron en un ejemplo de superación al anunciar que continuarían con la campaña presidencial a pesar del cáncer incurable de ella. Por ese estrecho vínculo entre familia y política, cuatro analistas consultados por SEMANA coinciden en que el romance de Edwards tiene una sola consecuencia: el fin de su carrera pública. Con el escándalo sexual quedan prácticamente sepultadas sus opciones de ser la fórmula vicepresidencial de Barack Obama o de ser Fiscal General, si el candidato demócrata gana en noviembre.