Fría recepción

29 de septiembre de 2003

Con un llamado a "todas las naciones de buena fe" el presidente George W. Bush dejó en claro ante la asamblea general de la ONU que, aunque Estados Unidos necesita ayuda en la reconstrucción de Irak, no está dispuesto a ceder el control de ese país y mucho menos a reconocer el error de haber ido a la guerra. La respuesta a su discurso fue una fría avalancha de críticas, entre las que se destacan las del mismo secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien cuestionó duramente la "acción preventiva" en el ataque a Irak