Investidura con tropiezo

El nuevo presidente del Perú, Ollanta Humala, comenzó con polémica su gobierno. El escándalo estalló cuando el mandatario decidió no jurar por la Constitución actual, adoptada en 1993 por iniciativa de Alberto Fujimori, sino por "el espíritu, los principios y los valores de la Constitución de 1979". La numerosa bancada fujimorista protestó ruidosamente y la cosa llegó a tal punto que la congresista Martha Chávez aseguró que el juramento era ilegítimo y que Humala era un presidente de facto. Aunque esa afirmación es muy dudosa, muchos analistas coinciden en que Humala decidió desafiar a la segunda fuerza política más importante del país. Por lo demás, en su discurso inaugural, de cincuenta minutos, Humala abordó diferentes temas y aseguró que en su gobierno realizará programas de asistencia social para combatir la pobreza y la desigualdad. Entre las medidas anunció que aumentará el salario mínimo, dará alimentación gratuita en los colegios públicos y entregará una pensión a los adultos mayores en situación de extrema pobreza. Además afirmó que durante su gobierno el Estado será un agente que impulsará "una economía nacional de mercado abierta". O sea que le puso una vela a cada santo.