La maldición del segundo hijo

26 de mayo de 2007

Las autoridades chinas, amparadas en la ley que ordena que un matrimonio sólo puede tener un hijo, aplicaron severos castigos a los infractores en la región de Guangxi, suroeste de China. Confiscación de bienes y hasta la demolición de sus casas sufrieron las familias que transgredieron la norma, y que en la mayoría de los casos no contaban con los recursos para pagar la sanción económica en esta empobrecida región. La política del hijo único se instauró en China a finales de los años 70 como medida para contrarrestar el desbocado crecimiento demográfico del país más poblado del mundo, que actualmente tiene más de 1.300 millones de habitantes. La norma pone de manifiesto que en este último bastión del comunismo, cada vez son más marcadas las diferencias sociales, pues los nuevos ricos logran pagar y se salvan del autoritario castigo.