La ONU se lava las manos

Las cifras de heridos, muertos y desplazados en Siria siguen aumentando de 100 en 100. La situación es tan desesperanzadora que incluso el Consejo de Seguridad de la ONU decidió retirar su misión de observadores. Las condiciones puestas por el Consejo para permanecer en Siria eran que disminuyera la violencia y que el gobierno cesara el uso de artillería pesada. No solo no se han reducido los combates sino que la situación es cada vez más violenta en las principales ciudades del país. A pesar de retirarse, han dicho que establecerán una oficina civil en Damasco para apoyar los esfuerzos de la ONU por concluir el conflicto. El ex primer ministro sirio Riad Hijab, quien huyó a Jordania la semana pasada, dijo que el régimen de Al Assad está colapsando “moral, financiera y militarmente” y los rebeldes parecen estar ganando fuerza pero, con la ONU fuera del territorio, no se puede saber a ciencia cierta.