Masacre tras las rejas

Desde el pasado 12 de junio el motín en la cárcel de El Rodeo, a 40 kilómetros de Caracas, ocupó las primeras páginas de todos los periódicos de Venezuela. Ese día, centenares de internos se enfrentaron a bala, cuchillo y puño por el control del penal. Según las autoridades, 22 presos murieron, pero hay denuncias de que pueden ser muchos más, pues varios cadáveres fueron arrojados a la basura. Desde entonces la Guardia Nacional Bolivariana ha tratado de retomar el control, pero al cierre de esta edición más de mil presos seguían atrincherados. En el operativo, dos militares y tres prisioneros más han muerto. La masacre puso de relieve las pésimas condiciones del sistema carcelario venezolano. Según varias ONG, los penales albergan a cerca de cincuenta mil internos cuando la capacidad no supera los catorce mil, y el tráfico de armas y drogas es fuerte. A pesar del violento motín, las autoridades aseguraron que la requisa sigue en pie y que van a tomar todas las medidas para desmantelar a las mafias que operan en la prisión.