Por una represa

30 de noviembre de 1992

EL ULTIMO DOLOR DE cabeza de la moribunda Checoslovaquia proviene de una obra gigantesca con capacidad para generar un conflicto internacional de consecuencias insospechadas. Se trata de la central hidroeléctrica de Gapsicovo, que se inició en 1977 -cuando los comunistas despreciaban la ecología- como una obra conjunta entre Checoslovaquia y Hungría. Pero desde hace tres años los húngaros resolvieron retirarse, porque las consecuencias ecológicas parecen ser demoledoras, aparte de que la desviación altera los límites de los dos países. Para empeorar las cosas, la comunidad húngara que vive en el sur de Eslovaquia podría resultar afectada por inundaciones recurrentes. El primer ministro checo se lava las manos diciendo que se trata de un "problema exclusivamente eslovaco sobre el que no tenemos nada que decir". Pero lo cierto es que la represa podría convertirse en una fuente de tensiones centroeuropeas de las que no estarían libres Austria y Rumania. "El escenario del primer conflicto armado en Europa Central", dijo un pesimista.