Presión mortal

11 de octubre de 1993

LA EXPLOSION DEL Challenger pudo deberse a las presiones de la Casa Blanca para que el vuelo fatal no fuera suspendido. La revelación fue hecha por Grace Corrigan, madre de Christa McAuliffe, la maestra de escuela que pereció en el siniestro el 28 de enero de 1986, quien afirma en un libro de reciente aparición que su hija le contó, en una carta escrita la noche anterior a la tragedia, que la NASA enviaría el transbordador sin importar lo que pasara. Según las propias palabras de la astronauta "la orden era que hoy era el día definitivamente".
La señora agrega peso a la teoría de que el presidente Ronald Reagan había solicitado el lanzamiento para que coincidiera con las palabras que tenía preparadas en el discurso sobre el "Estado de la Unión". Aunque el comité que investigó el accidente no pudo probar la presión indebida, sí estableció que los directivos de la NASA no habían tomado las precauciones necesarias para el vuelo.