RECUERDOS INGRATOS

9 de diciembre de 1991

LA FIRMA EN OCTUbre de un tratado de paz para Camboya fue recibido con bombos y platillos, porque ese conflicto civil de 13 años era el mayor obstáculo para la paz en la región. El acercamiento rompió el hielo entre China y Vietnam, y entre este país y Estados Unidos. Pero desde la ceremonia efectuada en París, algunos expresaron temores de que el acuerdo permitiera el retorno al poder del Khmer Rojo, que liderado por Pol Pot y motivado por una ideología de extrema izquierda, causó más de un millón de muertos mientras se mantuvo en el poder entre 1975 y 1979. El problema es que el tratado no castiga ni menciona el genocidio, y permite que cualquiera de las partes en conflicto -el grupo del príncipe Norodon Sihanouk, el Frente de Liberación Nacional del ex primer ministro Son Sann o el Khmer Rouge participen en las elecciones de 1993, siempre que depongan las armas. Los combatientes deben desmovilizarse en un 70 por ciento, pero nada impide que intenten burlar sus compromisos. Entre tanto batallones de combatientes, sin una guerra que pelear y sin trabajo, asuelan los campos con actos de bandidaje indiscriminado.