Vacío de poder

Otro elemento de desintegración a un país inviable se dio el 29 de diciembre, cuando se retiró el presidente de Somalia, Abdullahi Yusuf. La renuncia de Yusuf, quien encabezaba el gobierno transicional, y la retirada de las tropas etíopes que lo apoyaban, deja un vacío de poder político militar. Por ahora, las únicas fuerzas que quedarán en esa tierra de nadie son las de paz de la Unión Africana y las de los islamistas moderados de la Alianza para la Reliberación de Somalia (ARS). Estas, sin embargo, resultan insuficientes ante el gran número de milicianos islámicos radicales del grupo al-Shahab. En medio del caos, la ONU sigue sin reconocer la independencia del territorio norteño de Somaliland, que ha logrado mantener su estabilidad a pesar de la anarquía que vive el resto del país.