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Tyler inicia el concierto. Crédito: Álvaro Tavera / Semana.

Despedida

Cinco momentos en el último concierto de Aerosmith

La banda estadounidense se despide de la música. El 29 de septiembre, inicio su última gira con un concierto en el Parque Simón Bolívar. Rescatamos algunos detalles para recordar la noche.

Ana Gutiérrez
30 de septiembre de 2016

El jueves 29 de septiembre Aerosmith se despidió de Colombia con su tercer y último concierto en el país.  Después de más de 40 años de carrera, más de 150 millones de álbumes vendidos y un lugar en el Salón de la Fama del Rock and Roll, la agrupación, que consiste en Steven Tyler, Joe Perry, Brad Whitford, Tom Hamilton y Joey Kramer, marca su adiós definitivo a los escenarios del mundo con la gira Rock N’ Roll Rumble Aerosmith Style 2016. El Parque Simón Bolívar de Bogotá los vio partir, en una noche fría donde milagrosamente no llovió, los asistentes cantado a grito herido. Retratamos cinco elementos del evento.

Un público variado

Como era de esperarse, muchos de los fans de una banda que excede las cuatro décadas eran personas que rondaban los 70, al igual que Tyler. Pero habían quienes aparentaban menos de 25 cantando con el mismo fervor que los que llegaron acompañados de hijos adolescentes. Por lo menos una persona dejó clara su edad, en su chaqueta se leía: Seniors - ‘15‘.

El inigualable Joe Perry

Larguirucho, con un aire cool sin esfuerzo, tocaba con increíble destreza mientras un video lo mostraba, estoico, apreciando lugares emblemáticos de la capital como la Plaza de Bolívar, el cerro de Monserrate y las calles del centro histórico. El guitarrista de Aerosmith demostró durante toda la noche por qué figuró en la lista de los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos de Rolling Stone. También cantó, compartiendo el micrófono con Tyler, con especial destreza en su famoso cover de Come Together de los Beatles. 

La energía de Steven Tyler

“I fucking love you!" dijo al público en el momento que salió al escenario. Vestía una chaqueta de lentejuelas, camisa roja de boleros y su icónico micrófono cubierto de paños, que capturaba una voz que sigue fuerte. Lanzó sus anteojos, una harmonica y una bufanda a la audiencia y recibió una bandera colombiana, un sombrero ("Me gusta ese sombrero, ¿me lo das?" y el desconocido en la multitud lo entregó) y un sostén que chocó contra sus piernas. Lo devolvió.    

Cámara dinámica

Junto a los cinco miembros de la banda, había un camarógrafo que se movía con ellos para que la transmisión en las grandes pantallas fuera más que tomas estáticas de los artistas en sus instrumentos. Acompañó a Tyler cuando bajó a ver al público, enfocó en las elegantes manos de Joe Perry, mostró la concentración de Joey Kramer sobre la batería y le dio el toque perfecto a Love in an Elevator. Cuando Tyler cantó “I’m going dooown” cayó al piso y la cámara con él.

La emoción de los clásicos

La banda trajo consigo lo mejor de su catálogo, su sonido agresivamente rítmico salpicado del blues, hard rock y heavy metal. Jaded, Don’t Wanna Miss a Thing, Dude Looks Like a Lady, Walk This Way, Crazy y Crying retumbaron en el Simón Bolivar. El público cantó fielmente con emoción abierta, en particular, entonaron en perfecto unísono "There was a time / when I was so broken hearted / love wasn‘t much of a friend of mine". En la voz de Tyler también se sentía el afecto y alegría de cantar sus éxitos con una audiencia que sabía apreciarlos.