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13 DE JUNIO: 30 AÑOS DESPUES

Dos nietos y un hijo de los protagonistas de entonces hablaron con SEMANA sobre el tema

11 de julio de 1983

CARLOS URDANETA
"Realmente los antecedentes del 13 de junio hay que buscarlos el 15. Ese día se instalaba la Asamblea Constituyente y era allí donde se definiría si el partido conservador acompañaba al doctor Ospina en su aspiración de reelección o por el contrario, estaba con el doctor Gómez y sus amigos en sus objetivos de impedirla. Los amigos de uno y otro, como en visperas de cualquier convención, creían contar con la mayoría. El doctor Gomez, sin embargo, prefirió no correr el riesgo del conteo y resolvió dar un timonazo espectacular, como era el de reasumir la Presidencia y defimir asi el problema del 15.
Con su gran habilidad política y conociendo como conocía la animadversión que sentían hacia él las Fuerzas Armadas y en especial su comandante el general Rojas, se presentó en la mañana del 13, a pedirle a mi padre que destituyera a Rojas con el pretexto de que éste había "torturado" a don Felipe Echavarría. Mi padre le explicó al doctor Gómez que una medida como esa, unificaría a las Fuerzas Armadas alrededor de Rojas. Le agregó que él no daba ese paso, pues además de ser ilegal, produciría de inmediato el golpe de cuartel. El doctor Gómez reasumió entonces la Presidencia y procedió con la destitución de Rojas y se fue. Y ocurrió lo previsto: todas las Fuerzas Armadas reaccionaron contra la medida tomada por el doctor Gómez, pero pocos amigos como eran y como son de los golpes de cuartel, se dirigieron a Palacio a solicitarle a mi padre que en vista de que el doctor Gómez no aparecía por parte alguna, ni nadie daba razón de su paradero, mi padre con su total respaldo asumiera otra vez la presidencia. El, como le consta a -todos, rechazó innumerables veces el ofrecimiento. Así fue como Rojas llegó a la Presidencia e inmediatamente se vio rodeado y aclamado por todo el partido liberal que creía y creyó por mucho tiempo que el "golpe de opinión" significaba que el partido conservador se había caído del poder. Era mejor estar con él, que dejarlo en las manos exclusivas del partido liberal.

DANIEL MAZUERA
"Rara vez los golpes de cuartel pueden justificarse. Estos sólo son aceptables cuando se originan en condiciones tiránicas excepcionales que de ninguna manera estuvieron presentes en 1953. En aquel entonces estaba vígente el ordenamíento jurídico y la vía democrática también estaba abierta. Por estas razones, el golpe de cuartel del general Rojas Pinilla no puede en manera alguna justificarse. Es bueno, por otra parte, recordar las circunstancias que precipitaron ese golpe. El Presidente Gómez actuó en defensa de los derechos humanos, que estaban siendo violados por el ejército en la persona de Felipe Echavarría, al llamar a calificar servicios al general Rojas Pinilla. Y fue precisamente esa actuación de defensa de la legalidad la que motivó el alzamiento. Sobre este tema, como es natural, nos sometemos tranquilamente a juicio de la historia."

SAMUEL MORENO ROJAS
El país vivía una guerra civil desde el 9 de abril de 1948, cuando cayó asesinado el doctor Jorge Eliécer Gaitán, jefe del partido liberal y conductor de masas de perfiles populares inolvidables. Desde aquella fecha se desató una verdadera guerra entre liberales y conservadores que caían a diario asesinados en campos y ciudades.
Era necesario poner término a ese desangre de colombianos y éste fue el milagro del ascenso al poder del general Gustavo Rojas Pinilla, el 13 de junio de 1953: traer la paz a todo el territorio patrio. No se trató de un golpe de fuerza porque el general Rojas no quería asumir el gobierno. Por eso respaldó al doctor Roberto Urdaneta Arbeláez, designado en ejercicio de la Presidencia de la República, para que continuara al frente del gobierno. Ante la negativa del doctor Urdaneta y en vista de que el doctor Laureano Gómez, Presidente titular no aparecía por ninguna parte y se había producido en consecuencia la vacancia del poder, el general Rojas Pinilla ocupó esa vacante e inició su mandato ante el aplauso y el respaldo de todas las fuerzas vivas del país. Aquel hecho lo llamó el maestro Echandía "un golpe de opinión" y Guillermo León Valencia llamó al general Rojas, "el segundo libertador de Colombia".