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El aberrante caso de abuso sexual y maltrato infantil ha dejado varias dudas. Mientras unos hablan de secta satánica por los ritos con sangre , otros hablan de extremismo religioso, debido a las biblias y mensajes espirituales encontrados en la vivienda. | Foto: Iván Valencia

INDIGNACIÓN

Horrorosa navidad para cuatro niños en Bogotá

El aberrante caso del abuso de tres niños y una bebé cometido por integrantes de una secta satánica en Ciudad Bolívar causó consternación nacional.

20 de diciembre de 2014

Cerca a las ocho de la noche del domingo 14 de diciembre, un hombre en compañía de tres niños y una bebé de 17 meses llegaron hasta un CAI en la localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá. La denuncia era corta. Según el hombre, los cuatro niños vivían en una habitación que él tenía arrendada en una vivienda en el barrio Meissen, y presuntamente eran víctimas de abuso y maltrato cometidos por Fabián Andrés Pedraza y su esposa Luisa Fernanda Vásquez, ambos de 19 años de edad.

De inmediato, la Policía de Infancia y Adolescencia de Bogotá tomó bajo su protección a los infantes quienes fueron valorados en el Hospital de Kennedy. Días después, el Instituto de Medicina Legal detectó signos de abuso sexual; además aseguró que los niños de 11, 12 y 13 años y la bebé tenían quemaduras y heridas con elementos cortantes y contundentes que serían de hace más de diez días.

Los tres niños son hermanos de Luisa Fernanda, mientras que la bebé es hija de ella y Pedraza. Ya con el acompañamiento del ICBF y la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía continuó las investigaciones y el martes en la noche capturaron a Fabián Andrés Pedraza por presuntamente estar implicado en el aberrante caso. Al tiempo que esto sucedía, Luisa Fernanda daba a luz en el Hospital de Kennedy. El miércoles en la mañana la mujer también fue detenida, había elementos que demostrarían su participación en el abuso de los niños. Las indagaciones apuntan a que habrá más capturas, ya que presuntamente los abusos cometidos serían resultado de rituales satánicos en los que también participaron miembros de una secta.

Sin embargo, la historia ha tomado nuevos rumbos. Vecinos del sector aseguran que Luis Eduardo López, el dueño de la vivienda que denunció los abusos, también estaría implicado en los terribles ritos. Según dicen, López reconoció que él violaba a los niños y que lo hacía por “pedido de Jehová”.

Una joven de 18 años relató que el hombre es un fanático evangélico, que está lejos de seguir los mandamientos del dios en el que cree. “Después de haber denunciado a sus inquilinos, quienes también eran parte de su secta, salió a la terraza a gritar que él había abusado de los niños. Yo le creo porque cuando estaba más niña él me morboseaba”, relató la mujer.

Otros vecinos pensaban que López era el padre de todos los niños y afirman que siempre les pareció extraña la forma como los tocaba y se relacionaba con ellos. “Tengo que sacar los demonios que están dentro”, era una de las frases que más se le escuchaba al hombre dentro de su casa.

A raíz de esto, los habitantes de Meissen intentaron hacer justicia por su propia cuenta y con piedras y palos atacaron la vivienda en la que habitaba López. La Policía intervino y tuvo que sacarlo en una tanqueta para evitar que lo lincharan.

Las condiciones en las que vivían los niños eran inhumanas, en la casa no había muebles y los niños presuntamente eran obligados a tener relaciones sexuales entre ellos, con los jóvenes, y en algunas ocasiones con otros adultos pertenecientes a la secta. Incluso eran obligados a beber su propia sangre y a otras actividades tan aberrantes que por respeto a los niños SEMANA omite publicar.

Fuentes de la Policía indicaron que los niños no hablan mucho, pero que en su rostro se refleja la tristeza por unos hechos que ni ellos mismos comprenden. Lo acontecido el domingo pasado es solo una pequeña parte de una macabra historia de violencia contra niños cometida por grupos satánicos o extremistas religiosos, que parece ser la peor de todas las que Colombia tiene conocimiento.

Los infantes siguen bajo custodia del ICBF y ya dieron sus entrevistas a psicólogos infantiles y trabajadores sociales. Estas declaraciones serán clave para establecer la responsabilidad de los capturados y de otras personas involucradas en los atroces ritos. “Nunca en la historia se había visto una historia tan macabra como la de Ciudad Bolívar”, afirmó Cristina Plazas, directora de Bienestar Familiar, al referirse a un caso que tiene aterrada a la sociedad y que ha causado una indignación profunda en todo el país, que reclama castigos ejemplares contra los monstruos que abusaron de estos niños y convirtieron su Navidad en una historia de horror.