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| Foto: Daniel Reina

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Indígenas denuncian enfrentamientos en zona donde cayó el helicóptero

Habitantes del resguardo Polines de Chigorodó (Antioquia) afirman que desde el siniestro del Black Hawk se han presentado enfrentamientos entre bandas criminales y la fuerza pública. Habría desplazamiento.

6 de agosto de 2015

El pasado martes una noticia enlutó el país. Un helicóptero Black Hawk de la Policía se accidentó entre los municipios antioqueños de Carepa y Chigorodó. El siniestro dejó el lamentable saldo de 16 uniformados muertos y dos heridos.

Los policías estaban en medio de la operación ‘Agamenón’, un gran despliegue que tiene como principal objetivo capturar al jefe del Clan Úsuga, Dairo Antonio Úsuga David, más conocido como ‘Otoniel’.

Las causas del siniestro aún son confusas. Pues aunque el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, aseguró que el accidente se produjo por fallas mecánicas y por el mal clima, en un principio se habló de que la aeronave pudo ser derribada como una retaliación de la banda criminal contra las operaciones de la Policía.

Incluso, en las redes sociales el senador Álvaro Uribe Vélez compartió un video en el que un tripulante policial se comunica con sus superiores y explica que el helicóptero Black Hawk se precipitó y fue impactado.

Sin embargo, el presidente Juan Manuel Santos respondió a las especulaciones y reiteró contundentemente que la alta nubosidad en la zona fue la responsable del accidente.

Mientras este caso se aclara, lo cierto es que se podría estar gestando una crisis en la zona cercana de donde cayó el helicóptero. La Organización Indígena de Antioquia (OIA) denunció a través de un comunicado que en el resguardo de Polines, de Chigorodó, se están presentando confrontaciones entre grupos armados.

“La comunidad y las autoridades indígenas de Polines aseguraron que tras la caída del citado helicóptero, se oyeron durante varias horas disparos y ráfagas de fusil, así mismo un comunero informó al gobierno indígena que una vivienda ubicada en la parte más alejada del resguardo fue afectada por el fuego que propiciaron hombres uniformados, sin que hasta el momento se haya identificado con claridad si fueron actores ilegales o la fuerza pública”, dice el comunicado.

Al parecer, la situación sería tan compleja, que las autoridades del resguardo indígena han estado en alerta y han mantenido un cerco de vigilancia donde se concentra la mayor parte de la población.

El documento agrega: “Cabe anotar que desde hace dos meses al interior del resguardo y sus inmediaciones ha estado haciendo presencia un grupo paramilitar, lo que ha mantenido a la comunidad en continua zozobra”.

Según relatan, desde hace aproximadamente 15 días la fuerza pública también ha hecho presencia en el territorio indígena, lo que ha provocado enfrentamientos entre paramilitares y Policía.

Carlos Palacios, personero de Carepa y secretario de la Asociación de Personeros de Urabá, habló con Semana.com y aseguró que se encuentra al tanto de la situación que vive la comunidad de Polines y que él mismo ya le informó a la Unidad de Víctimas lo que estaba pasando.

“La población se está desplazando de la parte alta de Polines hacia la parte baja. Si los enfrentamientos siguen, podría ocurrir un desplazamiento masivo a los cascos urbanos, ya sea a Carepa o a Chigorodó”, manifestó.

Según contó la comunidad al personero, los enfrentamientos se presentan desde antes de la caída del helicóptero e, incluso, una niña resultó herida por los combates.

Semana.com buscó al secretario de Gobierno de Antioquia, Esteban Mesa, que afirmó que no han recibido la denuncia oficial, pero “estamos en contacto con Ejército, Policía, Defensoría y las alcaldías de Chigorodó y Carepa, esperando las verificaciones que se están haciendo por parte de estas instituciones”.

La Defensoría del Pueblo manifestó a este portal que se encuentran en el área tratando de constatar las denuncias de la comunidad indígena y expresaron que se pronunciarán al respecto en las próximas horas.

Aunque las versiones del siniestro son confusas, la situación que vive la comunidad es una realidad. Ellos, manifiesta la organización indígena en el comunicado, quieren una respuesta urgente por parte de las autoridades.