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Una reunión del Acore. En los recuadros, Clara López e Iván Cepeda. | Foto: ACORE - Archivo SEMANA

DIÁLOGO

Militares en retiro se acercan al proceso de paz

Los militares en retiro, que en campaña apoyaron a Óscar Iván Zuluaga, ahora dialogan con la izquierda y se suman al Pacto nacional por la paz.

11 de febrero de 2015

Más que la asociación de militares en retiro, en los años recientes Acore ha sido considerada por la opinión pública una voz política de las Fuerzas Militares.

Por estos años, varios excomandantes del Ejército de renombre han participado en álgidos debates para reclamar garantías jurídicas a las tropas en su lucha contra la insurgencia armada. Y lo han hecho con un discurso similar a los de los opositores del proceso de paz: Álvaro Uribe y el Centro Democrático (CD).

En la pasada campaña política, Acore no se privó la tentación de participar abiertamente en política. Los militares en retiro pueden votar -no así los activos- y decidieron adherir a Óscar Iván Zuluaga.

Era lógico: el uribismo proponía el voto para todos los militares, ampliarles el fuero militar, sacar de la cárcel a Plazas Vega, a la vez que denunciaba aquí y allá la presunta desmoralización de las tropas. Pero no dejaba ser contradictorio que el sector político de las Fuerzas Militares se rebelara a la reelección de su comandante en jefe, el presidente Juan Manuel Santos.

Álvaro Uribe asumió la bandera de los militares en retiro, les dio representación en el Congreso con la senadora Thania Vega -esposa de Plazas Vega- y llegó a presentar dos proyectos de ley sobre el fuero militar.

La reserva, en cambio, a medida que se conocían los avances del proceso de paz, empezó a flexibilizar sus posiciones.

El martes hubo un hecho que lo dejó en evidencia. Mientras Uribe explicaba que viajaría a Estados Unidos, entre otras, a demostrar que el gobierno Santos “humilla a las Fuerzas Armadas, las trata como si hubieran sido fuerzas espurias de una dictadura y las pone de igual a igual con el terrorismo”, los generales en retiro se sumaban al Pacto nacional por la paz que promueve el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez.

Y no de cualquier forma. Lo hicieron en su propia sede, que en los últimos años era un escenario de debates que reunía a dirigentes de derecha y donde se desprestigiaba con frecuencia a políticos de izquierda. Jaime Ruiz Barrera, su presidente, alguna vez llamó al senador Iván Cepeda “hijo de guerrillero”.

Pero el martes por primera vez abrieron sus puertas a la izquierda: Clara López, presidenta del Polo, y León Valencia, que militó en el EPL y hoy es un reconocido estudioso del conflicto, son dos de los críticos de las Fuerzas Militares por el tema de los falsos positivos, que fueron escuchados con interés y respeto en sus intervenciones en la presentación del Pacto.

Este cambio no es nuevo. El pasado mes de diciembre el general (r) Ruiz Barrera e Iván Cepeda se reunieron y hablaron sobre el proceso de paz. El senador del Polo confesó haber percibido una actitud distinta en la reserva. Por un lado, un cansancio por la guerra y un interés en encontrar caminos para resolver los grandes temas de la agenda del proceso para llegar a un pleno consenso por la paz. Y por otro, “una forma de dialogar entre sectores que hemos sido regularmente muy críticos de las Fuerzas Militares para ir dándole forma a la reconciliación nacional”.

A diferencia del uribismo, que considera que las invitaciones a conversar del Gobierno no son reales, los militares en retiro han apostado por sumarse al proceso de paz. Su principal inamovible está en la justicia transicional.

Ellos no aceptarían que militares que cometieron graves faltas en el conflicto terminen en la cárcel mientras los jefes de las FARC lleguen al Congreso. Precisamente uno de los puntos que más complicaciones traerá para los negociadores del gobierno en La Habana.

Entretanto, Acore cada día busca saber más de un país que parece caminar hacia la reconciliación. Y donde ellos, desde luego, tienen mucho que aportar.