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Aerolíneas, a mirar más a las regiones

El Gobierno se reunirá con las compañías aéreas para buscarle soluciones a la congestión aérea de El Dorado. Una de las propuestas es que utilicen más los aeropuertos de ciudades intermedias.

15 de marzo de 2012

 
 
El director de la Aeronáutica Civil, Santiago Castro, lanzó hace unos días una advertencia a las compañías aéreas, que pasó de agache pero que tendría un gran impacto en el sector: no autorizará una operación adicional en el aeropuerto El Dorado de Bogotá en horas pico. La razón es que esta terminal está operando a su máxima capacidad y presenta una alta congestión, que se traduce en mayores demoras en los vuelos y sobrecostos para las aerolíneas que queman combustible en el aire esperando que en tierra les den la orden de aterrizar.
El pronunciamiento coincidió con las conclusiones de un estudio contratado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo con una firma estadounidense experta en el sector aéreo que recomendó buscar aeropuertos alternos en ciudades intermedias para descongestionar El Dorado, que el año pasado movilizó 20,5 millones de viajeros. Aunque el terminal bogotano es el sitio de llegada y salida de la mayoría de vuelos –responde por el 55 por ciento de los vuelos nacionales y el 75 por ciento de los internacionales- y opera como centro de conexiones por la mayor demanda de viajeros y las mejores condiciones de infraestructura, comparado con otros terminales, los problemas que se presentaron a comienzos del año con las congestiones y retrasos pusieron de manifiesto que es necesario buscar alternativas.
Si se descentralizan las operaciones, el país podría aumentar en 100 el número de frecuencias nacionales e internacionales y les podría dar un mayor impulso económico a las regiones, señala el estudio realizado por la firma SH&E and ICF Internacional Company, que analizó 15 de los 75 aeropuertos que operan en el país.
En Bogotá aterrizan y despegan, en promedio, entre 900 y 1.200 vuelos diarios. Desde El Dorado se atienden 38 destinos nacionales y 33 internacionales. Medellín, el segundo aeropuerto en importancia del país, atiende menos de una tercera parte, es decir, 14 destinos nacionales y ocho internacionales. Y ni hablar del resto de aeropuertos, donde los destinos internacionales son prácticamente nulos.
“Aeropuertos como Cartagena, Barranquilla, Medellín y Pereira, que están subutilizados, se podrían convertir en terminales más competitivos. El país tiene que dar el debate en torno a si quiere dar el paso hacia una descentralización aérea y comenzar a planear a cinco y 10 años”, dice Juan Arbeláez, representante de SH&E and ICF.
El ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, no está dispuesto a echar en saco roto estas recomendaciones. En las próximas semanas se reunirá con representantes de las aerolíneas colombianas para analizar el tema. Indicó que cinco ciudades colombianas establecerán este año unos comités de ruta con los concesionarios, hoteles, cámaras de comercio, agencias de viajes, con el fin de mirar qué estrategias comerciales se pueden poner en marcha para promover esos destinos y aumentar la demanda de pasajeros. “Si queremos aumentar el número de turistas de 1,5 a cuatro millones de aquí al 2014, debemos fomentar nuevos destinos, abrir más rutas aéreas, mejorar los precios y aumentar el número de sillas”, dice.
Aunque en las regiones la propuesta es vista con buenos ojos porque con un mayor tránsito de pasajeros sus economías se dinamizarían, varias aerolíneas toman el estudio con beneficio de inventario. Manuel Leal, presidente de la Asociación Colombiana del Transporte Aéreo (ATAC), señala que habría sido adecuado que antes de presentar el estudio los expertos se hubieran reunido con las compañías que han realizado inversiones millonarias en renovación de flota y adquisición de equipos y que no pueden diseñar de la noche a la mañana nuevas rutas y destinos. “Sería deseable que hubiera, por ejemplo, un vuelo directo Paris-Cali, o París-Medellín, pero en la práctica no es posible por el tamaño del mercado y la rentabilidad de las rutas”. Considera que el trancón aéreo se podría aliviar con una gestión más eficiente y con la modernización de equipos y que sean las propias regiones las que promuevan mejores condiciones para que vayan las aerolíneas y no al revés.
Un ejemplo de ello es el aeropuerto de Barranquilla, que según el estudio realizado para el Mincomercio se podría convertir en un nuevo hub -centro de conexiones-, aprovechando su ubicación estratégica y que cuenta con una buena capacidad instalada. El problema, como lo señala el estudio, es que la demanda es limitada, lo que no garantiza la rentabilidad en determinadas rutas.
El presidente de Avianca Taca, Fabio Villegas, dice que el estudio es optimista en relación con los resultados que se pueden obtener de una estrategia que se conoce con el nombre de “estimulación de mercado”, entendida como el crecimiento de la demanda a partir de la instrumentación de rutas directas, que es un modelo aplicado por la compañía. AviancaTaca tiene el 55 por ciento del mercado, con cerca de 400 vuelos diarios, y ha invertido 7.500 millones de dólares en la modernización de su flota. Otras compañías están tratando de incursionar más en las regiones porque saben que hay oportunidades de negocios. Ese es el caso de Copa Airlines, que abrió dos rutas directas con ciudad de Panamá desde Cúcuta y Bucaramanga.
“Estamos tratando de diversificar nuestra oferta y ofrecer alternativas de vuelos que no pasen por Bogotá a raíz de los trabajos de infraestructura que se están desarrollando en El Dorado”, dice Eduardo Lombana, presidente encargado de Copa Colombia, quien sostiene que se están enfocando en ciudades intermedias y en aquellas que tienen menos de un millón de habitantes. LAN Colombia dice, por su parte, que tiene un gran cubrimiento nacional ya que vuela a 22 destinos.
Alfonso Ávila, presidente de EasyFly, una aerolínea de bajo costo, asegura que la mitad de la operación de la compañía está fuera de Bogotá y que ciudades como Bucaramanga y Medellín se convirtieron en sus centros de operaciones. En la capital de Santander son actualmente los mayores operadores, con 15 vuelos diarios, y no tienen un centro de operaciones ya que llevan a los pasajeros de un destino a otro sin hacer conexiones. No obstante, reconoce que es necesario que se den incentivos para que las compañías descentralicen más su operación y se promueven los vuelos directos.
El estudio contratado por el Gobierno es un nuevo paso en la discusión de cómo modernizar, hacer más eficiente y mejorar la infraestructura aeroportuaria del país, que estuvo relegada por décadas pero que recobra una gran importancia con los tratados de libre comercio que se avecinan, con el mayor movimiento de viajeros nacionales e internacionales y el acuerdo de cielos abiertos que firmó Colombia con Estados Unidos, que entrará en vigencia a comienzos del 2013. Falta ver qué tanto de sus recomendaciones se pueden poner en marcha.