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Alberto Diaz | Foto: SEMANA.

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Anestesiólogo responde por la muerte de una médica

Alberto Díaz no aceptó cargos por homicidio culposo. Presuntamente le ocasionó la muerte a Lenny Jimena Garnica.

29 de enero de 2014

El anestesiólogo Alberto Díaz está en la mira de la justicia. El profesional es señalado por la Fiscalía de provocarle la muerte a la médica pediatra Lenny Jimena Garnica, al parecer, durante un mal procedimiento.

Este martes el fiscal 11 de la unidad de Vida, Antonio Luis González, le imputó a Díaz el delito de homicidio culposo, por presuntamente cometer una serie de irregularidades a la hora de anestesiar a la paciente, a quien se le practicaría una cirugía. El médico no aceptó el delito endilgado.

Primero el delegado del ente investigador dijo que el profesional de la salud, de 76 años, quien para el 28 de abril del 2011 laboraba en la clínica Country, fecha y centro médico en el que se intervino a la víctima, al parecer nunca practicó los exámenes preanestésicos con los que se determina si un paciente resiste o no un procedimiento de este tipo. La pediatra también trabajaba en el centro asistencial y era compañera de Díaz.

También se le criticó que no detectara a tiempo las complicaciones en el estado de salud de la paciente, a la cual se le adelantaba un procedimiento para cambiarle los tubos de la vesícula biliar. Según el fiscal, no se advirtió que la mujer estaba presentando una frecuencia cardíaca y una presión sanguínea bajas, cuando los elementos de tecnología que se utilizan para este tipo de procedimientos van dando señal de cuál es la condición médica del intervenido. La Fiscalía investiga si Díaz dejó paciente sola o se quedó dormido.  

“Primero el doctor Díaz debió hacer los exámenes preanestésicos, los cuales no están en la historia clínica. Segundo, si la paciente presenta una baja de presión, ¿dónde estaba el anestesiólogo? y si estaba ahí, ¿qué fue lo que hizo para reportar lo que estaba sucediendo?”, dijo González al tiempo que aclaró que no fue Díaz el que advirtió el deterioro en la salud de la pediatra, sino otra médica a quien se refirió como la doctora Ángel. Esa misma profesional habría sido la que ordenó que se suspendiera la cirugía para intentar reanimar a Jimena.

Finalmente, los profesionales que atendieron la emergencia abrieron el abdomen para ver si había algún tipo de obstrucción. A los dos días se diagnosticó muerte cerebral y tiempo después fue desconectada de las máquinas que la mantenían con vida. Al parecer, el mal procedimiento llevó a que entrara aire al cuerpo y no a los pulmones, como debía ser, lo que produjo que el cerebro de la pediatra no recibiera el oxígeno que necesitaba para seguir viviendo.

El anestesiólogo quedará en libertad mientras transcurre su proceso. El ente acusador no solicitó medida de aseguramiento en su contra y por ahora tendrá que esperar a que la Fiscalía presente el escrito de acusación.