Condenan a la hija de Gilberto Rodríguez Orejuela

La novela judicial alrededor de la familia de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, temidos capos del cartel de Cali, sigue dando nuevos episodios.

El nuevo capítulo judicial lo protagonizó esta vez una da las consentidas de esa familia. Se trata de María Alexandra Rodríguez Mondragón, de 49 años de edad (hija de Gilberto), quien junto a su esposo, Andrés Felipe Roa Gutiérrez, fue condenada a 48 meses de prisión por el delito de extorsión agravada (Ver artículo).

Si bien Alexandra ya se encontraba en prisión en la cárcel de máxima seguridad de Jamundí (Valle), donde purga otra condena por lavado de activos, el juez que le imputó este nuevo castigo fue claro en no otorgar ningún beneficio ni a ella ni a su pareja.

La historia de semejante delito nació en el 2012 cuando Alexandra y su esposo extorsionaron a un hombre para que les devolviera una finca ubicada en zona rural de Palmira, Valle, que al parecer le perteneció a su papá, es decir, el capo Gilberto Rodríguez Orejuela.

El asunto es que la víctima compró la finca de forma legal, e incluso en la negociación entregó otras cinco propiedades como forma de pago. Pero nada de ello sirvió de prueba ante la hija y el yerno del confeso narcotraficante, quien junto a su hermano purga una condena en Estados Unidos.

Lo insólito es que pese a que la víctima de la extorsión les manifestó a Alexandra y su pareja la intención de devolver la finca, estos le exigieron que debía pagar, además, la suma de mil millones de pesos.

La víctima de la extorsión no lo pensó dos veces y ante el acoso y las intimidaciones, abandonó el país junto a su familia y se exilió en Miami, desde donde formuló la denuncia respectiva.

En Colombia la investigación fue asumida por la Fiscalía 77 de la Dirección Nacional Especializada Contra el Crimen Organizado. Esa entidad logró demostrar que la hija y el yerno del capo participaron en los hechos que motivaron la condena.

Entre los detalles del caso que investigó la Fiscalía figura que todo sucedió entre el 2012 y el 2013, “se conoció que el 26 de noviembre del 2012, Ramiro Zuluaga López, quien había negociado la finca con la víctima, se presenta a alias el 'Canoso', quien le comunica que esa finca que había negociado lo tenía en problemas, ya que era propiedad de los 'R', es decir los Rodríguez Orejuela. La víctima le pregunta a Ramiro Zuluaga sobre esa situación, ante lo cual responde que él está haciendo lo posible para que no le den muerte, ya que las propiedades de los 'R' nadie las toca”, dice el documento oficial del ente acusador.

Y entre los datos reveladores que descubrió la Fiscalía está que varias de las citas que se dieron en el proceso de extorsión ocurrieron en centros comerciales de Cali, y la propia Alexandra hacía presencia, pese a que tenía prisión domiciliaria.

“En por lo menos tres ocasiones la víctima fue citada en distintas partes de centros comerciales de la ciudad de Cali (Valle del Cauca), citas a las cuales siempre acudió Alexandra Rodríguez, al igual que su esposo, Andrés Felipe Roa Gutiérrez, quienes se encargaban de presionar el pago del dinero”.

La investigación aclara que en una de esas citas, durante el 2012, “la víctima hizo entrega de 275 millones de pesos, pero siguió siendo presionado para que cubriera el monto total exigido. No obstante, luego de ser amenazado y constreñido para que pagara la totalidad del dinero, firmó tres letras en las que se comprometía a cancelar los mil millones en varias cuotas, pero ante la difícil situación decidió abandonar el país, junto con su familia”.

Todas esas pruebas motivaron un preacuerdo suscrito entre la Fiscalía y la defensa de la hija y el yerno de Gilberto Rodríguez Orejuela, el cual fue avalado por el Juzgado Primero Penal del Circuito de Bogotá, con función de conocimiento. En la sentencia que acaba de dictar el juez también fueron afectados en las mismas condiciones Luis Faver Osorio y Ramiro de Jesús Zuluaga López.

De esa manera se escribió un nuevo capítulo judicial de una saga que parece no tener fin: la trágica vida de la familia de los hermanos Rodríguez Orejuela, otrora los máximos jefes del narcotráfico en Colombia.