Home

Nación

Artículo

Germán Efromovich, accionista mayoritario de Avianca, sostiene que no tiene interés de ceder el control de la aerolínea, razón por la cual optó por una alianza comercial con United, cuyos términos están en proceso de negociación. | Foto: Alejandro Acosta

AVIACIÓN

Avianca y United Airlines: Grandes aliados

Gracias a una unión estratégica se esperan mayores sinergias en rutas, más destinos y tarifas más competitivas. El temor por la venta del control se disipa y los viajeros de Avianca respiran tranquilos.

4 de febrero de 2017

Uno de los negocios más esperados de los últimos años era sin lugar a dudas la búsqueda de un socio estratégico para Avianca. Desde hace varios meses se venía especulando que alguno de los grandes jugadores internacionales, entre los que mencionaban a las estadounidenses Delta y United Airlines y a la panameña Copa Airlines, podrían entrar en una alianza o comprar la empresa.

Esta operación había despertado gran expectativa en el mercado, si se tiene en cuenta que, luego de que el empresario Germán Efromovich compró Avianca por 65 millones de dólares en 2004 y tras su fusión con la aerolínea salvadoreña Taca, esta era una jugada para seguir creciendo en un mercado tan competido como el aéreo. Hoy Avianca es una compañía con una capitalización bursátil de cerca de 900 millones de dólares.

Pues bien, la semana pasada Avianca eligió a United Airlines para una alianza estratégica y comercial. Como consecuencia, el precio de la acción de la compañía cayó más de 10 por ciento la semana pasada hasta niveles por debajo de 2.600 pesos, en gran parte porque aún los detalles de este acuerdo están amparados por la confidencialidad mientras culmina la negociación. Sin embargo, esta alianza podría traer grandes beneficios no solo para las dos aerolíneas, sino para los usuarios colombianos ya que las dos compañías hacen parte de Star Alliance, una red global que permite prestar servicios en 192 países.

Además, es una oportunidad para que Avianca apalanque su negocio, obtenga sinergias y economías de escala y se ubique estratégicamente frente a su gran competidor en la región, Latam, que ya cuenta con una alianza con American Airlines.
El nuevo aliado de Avianca, United, es una de las cuatro aerolíneas más grandes de Estados Unidos con una flota de 737 aviones (con una edad promedio de 14 años), y más de 140 millones de pasajeros movilizados el año pasado, mientras que Avianca es la primera compañía aérea de Colombia y la segunda de Suramérica, después de Latam, con una flota de 105 aviones, más de 105 destinos y 29,4 millones de pasajeros en 2016. Con esta operación le hace contrapeso a Latam, el gigante regional que nació de la fusión de las aerolíneas Tam, de Brasil, y Lan, de Chile, y opera 320 aeronaves.

El mercado aéreo de América Latina ha despertado gran interés en las grandes empresas de Estados Unidos y de otras latitudes, teniendo en cuenta su expansión. Según cifras de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), en 2016 la cantidad de pasajeros por vía aérea creció 7,4 por ciento, más del aumento en otras regiones o en Estados Unidos, donde fue de 2,6 por ciento.

Por eso las alianzas están a la orden del día. Latam, tras su unión con American Airlines, concretó en diciembre del año pasado la entrada de Qatar Airlines, que compró el 10 por ciento de sus acciones. Aeroméxico, otra de las grandes de la región, celebró en 2016 un acuerdo de colaboración conjunta con Delta, que había sonado para quedarse con Avianca.

Frente al temor de muchos de que Avianca vendiera el control de la compañía, su principal accionista, Germán Efromovich, tranquilizó los ánimos. “No tenía el interés ni la intención de pasar el control de la compañía (...) y en el caso de otra (negociación) que incluyera el control total, tendría que ser algo del otro mundo para que lo consideráramos”, le dijo Efromovich a Portafolio.

Y es que, al no vender más del 50 por ciento, Avianca se mantiene como una de las empresas más queridas de los colombianos. Haberla cedido habría sembrado dudas entre los usuarios en torno a la supervivencia de la marca y si podrían seguir utilizando una de las flotas más modernas del mundo, en la que se ha invertido más de 10.000 millones de dólares. Aunque esta negociación deja interrogantes inmediatos en el mercado, lo cierto es que se avecinan nuevos vientos para una compañía que está próxima a cumplir 100 años de operar sin interrupciones, la segunda más antigua del mundo.