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Almirante Álvaro Echandía, director de la Dirección Nacional de Inteligencia. | Foto: Diana Sánchez

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“Nunca hemos pagado ningún infiltrado”: Echandía

El almirante Álvaro Echandía, director de la Dirección Nacional de Inteligencia, habla con SEMANA sobre el escándalo del ‘hacker’.

19 de noviembre de 2016

SEMANA: ¿Cómo se enteró de la diligencia que tenía el exdirector del CTI Julián Quintana en la Corte Suprema de Justicia?

ÁLVARO ECHANDÍA: Me lo contó el doctor Quintana el día en que nos reunimos, es decir, el viernes 4 de noviembre, en mi casa y por solicitud mía.

SEMANA: ¿Citó usted a Quintana a su apartamento?

A.E.: Sí. Lo busqué para hablar con él por recomendación de mi abogado con el fin de preguntarle si sabía algo sobre las amenazas jurídicas en mi contra, precisamente usando el caso del hacker.

SEMANA: ¿Por qué invitó a Quintana a su apartamento justo cuatro días antes de que él fuera a declarar ante la Corte Suprema de Justicia?

A.E.: Como le dije al inicio, yo no sabía de la citación del doctor Quintana a la corte. Él me lo contó ese día y le pregunté simplemente en qué calidad lo habían citado, a lo que respondió que como testigo.

SEMANA: ¿No es sospechoso que esa reunión fuera en su apartamento y no en su oficina?

A.E.: Para nada. Al doctor Quintana lo consideraba como una persona de confianza. Al día siguiente yo viajaba fuera del país y él solo tuvo disponibilidad ese día hasta las 9:30 de la noche, aunque yo lo había llamado desde las 2 de la tarde.

SEMANA: ¿Cuáles fueron los términos de esa conversación?

A.E.: Muy cordiales, como ha sido usual en mi relación con él. Hablamos de temas personales y del país.

SEMANA: Pero Quintana ha dicho que en esa reunión usted le ofreció el cargo de la Uiaf, lo cual suena a una especie de presión para callarlo o intento de soborno…

A.E.: Nunca. Repito e insisto en que no es de mi competencia, ni tengo atribuciones para ofrecer cargos, menos aún en una entidad que tiene director nombrado recientemente. A mí me llegó la hoja de vida del doctor Quintana por un amigo común, así que le confirmé que la tenía en mi poder. Que cualquier persona circule su hoja de vida con sus conocidos me parece normal y no quiere decir que le haya hecho un ofrecimiento.

SEMANA: Quintana también ha dicho que en esa misma reunión le pidió que no lo nombrara a usted ni a la DNI en la diligencia ante la CSJ. ¿Por qué le pidió eso?

A.E.: Falso. Era innecesario. Existen todos los registros en la DNI con la trazabilidad documental que demuestra que fue la institución la que entregó esa información a la Fiscalía. No tiene sentido pensar que yo le hubiese pedido que ocultara algo normal y de conocimiento de las autoridades. La coordinación entre la DNI y la Fiscalía está reglamentada y es mandatoria por la naturaleza misma de los dos organismos.

SEMANA: ¿Es cierto que usted personalmente le entregó a Quintana lo que él denomina “documento plano” con la información sobre el ‘hacker’?

A.E.: La información se entrega en una reunión operacional debidamente reseñada. En cuanto al documento que publicó el doctor Quintana en su Twitter, debo decir que es falso que yo se lo haya entregado. No lo conocía ni corresponde a nuestra doctrina documental y de seguridad. Además contiene información que no es misional de la DNI. Insisto en que tal escrito no fue elaborado en la DNI y tampoco por funcionarios del organismo. Y si en realidad es un pasquín, como él lo califica, tendrá que aclarar por qué, según él, hace parte del proceso penal, de qué forma lo incorporó legalmente al expediente y cómo lo obtuvo él para publicarlo, a pesar de estar bajo reserva.

SEMANA: ¿Cómo y cuál fue entonces la información entregada por la DNI a la Fiscalía?

A.E.: El día 2 de mayo, en la Universidad de la Fiscalía y en presencia del doctor Quintana, le informé al entonces señor fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre, sobre los datos suministrados por una fuente a la DNI que involucraban a un funcionario nuestro en actividades al parecer ilegales, de filtración de información al señor Andrés Sepúlveda. También le informé que, según la fuente, se estarían violando las comunicaciones del proceso de paz en La Habana.

La información anteriormente mencionada de acuerdo con la Ley de Inteligencia representaba un riesgo y amenaza para la seguridad nacional, para el proceso de paz y para la DNI. Por lo anterior cumplimos con nuestra obligación constitucional y legal de ponerla a disposición de las autoridades competentes, dentro de los protocolos operacionales existentes.

SEMANA: ¿Cómo llegó y cuál fue la fuente que les entregó esa información?

A.E.: La ley nos obliga a mantener la reserva de las fuentes de información. Esto para garantizar su vida e integridad y la de sus familias, así como la de los agentes de inteligencia, de la información y de las operaciones. No obstante y como lo indiqué anteriormente, en la DNI tenemos la trazabilidad completa de la información, las fuentes y de nuestras actividades. Todas ellas se derivan del cumplimiento del Plan Nacional de Inteligencia, se enmarcan en una orden específica de operaciones y contienen instrucciones detalladas sobre los límites, recursos y resultados esperados.

SEMANA: Pero ¿no es raro, como dijo Quintana, que ustedes lo citaran a reuniones a hoteles y no a sus oficinas o en el búnker de la Fiscalía?

A.E.: No tiene nada de raro. Nuestra doctrina de inteligencia, y así funciona en el mundo, cumple con el principio preponderante de seguridad operacional, orientado a estar menos expuestos, garantizar la integridad de los agentes de inteligencia, las fuentes, la información y la misma operación.

SEMANA: ¿Por qué, como afirma Quintana, la DNI preguntaba frecuentemente a la Fiscalía sobre la evolución de las investigaciones del caso ‘hacker’?

A.E.: Desde el momento en que se pone en conocimiento de la Fiscalía la información sobre el funcionario de la DNI, se inicia un proceso de cooperación armónico y efectivo entre ambas instituciones, que tardó cerca de siete meses, y el cual culminó con la captura y condena de esta persona. Nuestro único interés era determinar el nivel de filtración de información y el riesgo al que se habían sometido el servicio y sus agentes de inteligencia por las actuaciones del ahora exfuncionario.

SEMANA: ¿La DNI infiltró a varios ‘hackers’ en la campaña de Óscar Iván Zuluaga y hubo pago de información a estas personas?

A.E.: La DNI nunca realizó una operación de infiltración en la campaña del doctor Óscar Iván Zuluaga, ni al Centro Democrático, ni a ninguna campaña política. Por supuesto, nunca se le pagó nada a nadie por información de ninguna campaña.

SEMANA: ¿Una de esas fuentes a las que les pagaron por esa información fue el español Rafael Revert, el ecuatoriano Daniel Bajaña o alguna otra persona que trabajó en la oficina del ‘hacker’ Sepúlveda?

A.E.: Le insisto en que nunca hemos pagado ningún infiltrado o fuente para que dé información de campañas políticas.

SEMANA: ¿Cómo funciona el trabajo de los infiltrados e informantes de la DNI?

A.E.: No son infiltrados. Existe una figura de fuentes de información, que están por fuera de la institución y proporcionan datos de interés, porque no pueden ser servidores del Estado. Más allá de eso, debemos mantener absoluta reserva. Por eso, el doctor Quintana está violando la Ley de Inteligencia y el secreto profesional al develar, a través de los medios, los métodos, fuentes e identidades de los agentes de inteligencia del Estado, que él está obligado a proteger, manteniendo la reserva. Sin embargo, toda esta información está disponible para las autoridades judiciales que la requieran.

SEMANA: ¿Cuál fue entonces el papel de Bajaña y Revert?

A.E.: Teniendo en cuenta que esta información ya fue filtrada a los medios, el señor Bajaña nunca fue fuente oficial de la DNI, ni recibió pagos de la entidad. El señor Revert fue fuente para dos situaciones diferentes a este caso. Él sí recibió pagos de la DNI, de acuerdo con la Ley de Inteligencia, y debidamente documentados, con la trazabilidad que nos caracteriza, por ser una institución certificada en ISO27001 2013 (sistema de gestión de seguridad en la información).

SEMANA: Esta revista obtuvo centenares de chats y audios de un personaje llamado Carlos Alba, alias ‘Charlie’. Él se presentó como agente, enlace o asesor de la DNI. ¿Es o ha sido funcionario de la DNI?

A.E.: Esa persona no es ni ha sido funcionario de la DNI.

SEMANA: Pero de acuerdo con el contenido de esos chats y audios, ‘Charlie’ habla como si fuera un funcionario activo de la DNI. ¿Cómo explica eso?

A.E.: Le repito. Esa persona nunca ha sido funcionario, asesor o enlace de la DNI.

SEMANA: Dentro de las “órdenes” que ‘Charlie’ le da a Revert y otros, pide que graben y posteriormente que le envíen copia del video de la visita de Óscar Iván Zuluaga a la oficina del ‘hacker’ Sepúlveda. ¿Cómo explica esto?

A.E.: Le insisto. Ese señor no fue ni es funcionario de la DNI. Es algo que solo él puede explicar y que deberá aclarar ante las autoridades competentes.

SEMANA: ¿Conoce usted al señor Alba o a ‘Charlie’?

A.E.: Jamás lo conocí ni tuve ningún tipo de trato con él.

SEMANA: ¿Cómo maneja el director de la DNI el contacto con las fuentes?

A.E.: El director de la DNI no maneja fuentes.

SEMANA: ¿Tiene la seguridad y la conciencia tranquila de que en este episodio del ‘hacker’ usted o la DNI no traspasaron la ley e infiltraron la campaña de Zuluaga, como él afirma?

A.E.: Total y absolutamente. Jamás infiltramos la campaña del doctor Zuluaga ni ninguna campaña. Todas mis actuaciones en más de 40 años como funcionario han sido transparentes, sin tacha alguna y ceñidas a la ley y la Constitución.