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La propuesta de Gustavo Petro sobre el futuro de la Avenida Longitudinal de Occidente ha generado revuelo y una discusión con el gobierno nacional.

BOGOTÁ

ALO, alcalde

El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, habló con SEMANA sobre sus planes para la Avenida Longitudinal de Occidente. El debate sobre el uso final que se dará a este eje estratégico para la capital apenas comienza.

21 de enero de 2012

El debate sobre la Avenida Longitudinal de Occidente, la vía perimetral originalmente planeada para atravesar a Bogotá de norte a sur, está que arde. Declaraciones y trinos lanzados por el recién elegido alcalde Gustavo Petro, provocaron una ola de reacciones, desde el candidato perdedor, Enrique Peñalosa, hasta el ministro de Transporte, Germán Cardona. SEMANA habló con el alcalde, quien precisó sus planes que rompen con la concepción tradicional. Con toda probabilidad, la discusión solo va a aumentar.

La ALO, como se conoce el proyecto, es una autopista de varios carriles que comenzó a planearse, conjuntamente con la nación, desde 1961. Originalmente pensada para que sirviera de corredor de tráfico en el borde occidental de la capital, en ella se han invertido más de 400.000 millones de pesos para comprar casi 400 de los 1.100 predios que requeriría su construcción y en el tendido de uno de sus tramos en el sur.

Desde la campaña, Petro planteó que, en lugar de una gran autopista para carros particulares, su plan era dar paso allí a una forma de transporte eléctrico como el tranvía. Dijo que esa obra pública iba a enriquecer a los dueños de los predios aledaños y a extender aún más la ciudad. Luego aseveró que no había recursos para hacerla y que no era prioritaria. Una vez posesionado, insistió en el tranvía y anunció que construiría colegios, sedes universitarias, hospitales y campos deportivos en parte de la franja. Las reacciones no se hicieron esperar.

Peñalosa escribió en una columna que la ALO es la vía más importante que tendrá Bogotá, no solo porque atraviesa algunas de las zonas más pobres de la ciudad y de mayor expansión. Planeada para tener hasta seis carriles en cada costado, atraviesa el occidente de Bogotá desde las inmediaciones del peaje: de Chusacá, en Soacha, pasa por Mosquera y las localidades de Bosa, Kennedy y Fontibón, atraviesa la cabecera oriental de la pista de Eldorado, para enrutarse a Engativá y Suba hasta llegar al peaje de la Autopista Norte. El ministro de Transporte le envió una carta al alcalde afirmando que desde 1961 la ALO se planteó como un elemento de ordenamiento urbano y de movilidad de la ciudad y de la red vial nacional, y recordándole que el Conpes la declaró en 2006 como una obra estratégica.

Con miras a su reunión con el alcalde, prevista para el jueves 2 de febrero, el ministro dijo a SEMANA: "Incluir o reservar una franja para un tren tranvía cabe perfectamente dentro de la ALO y dentro de la propuesta que tiene el gobierno de desarrollar corredores ambientales, pero también debe quedar claro que la vía se va a hacer y que es fundamental, pues recibiría el tráfico y la carga del occidente y nororiente del país, pasa por 18 zonas francas y es la nueva conexión del aeropuerto Eldorado, entre otras".

Petro anuncia una concepción distinta a la que se venía manejando. Según explicó a esta revista, "desde la campaña propusimos en la ALO un corredor constituido por un eje de movilidad en transporte masivo, férreo y eléctrico -un tren tranvía-; y un eje de desarrollo institucional, un corredor social, dedicado a universidades, colegios, hospitales, centros de recreación, parques ambientales". El alcalde fue claro en que habrá también un corredor vial, pero sin tantos carriles como el del proyecto original. Argumenta que hay que "densificar el centro, dejar de expandir los bordes [de la ciudad] y liberar espacio al agua", alegando que partes de la ALO atravesarían humedales o están por debajo de la cota del río Bogotá. Dada la expansión urbana hacia el occidente, para él, lo que se planeó como una vía perimetral hoy está dentro de la ciudad. "Si lo que queremos es sacar el transporte de carga de Bogotá, esta vía lo que haría sería meter la carga al borde occidental".

Petro dice que va a discutir con el gobierno nacional su propuesta, pero insiste en que, según la Constitución, la decisión última la toma "la autoridad local que está en el territorio", es decir, la Alcaldía.

Es evidente que las concepciones de la nueva administración distrital, y las del gobierno nacional y los opositores al alcalde no pueden ser más distantes. El debate frente a uno de los corredores estratégicos para el futuro de la capital apenas empieza.