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| Foto: EFE/Federico Rios.

TESTIMONIOS

Alud en Bello: voces de una tragedia

El alud de Bello, Antioquia, no solo sepultó casas y vidas, también los sueños de decenas de familias.

6 de diciembre de 2010

Las historias no paran. El alud que la tarde del domingo sepultó a La Gabriela, en Bello, Antioquia, no sólo deja pérdidas materiales, el número de muertos es impreciso. Lo más probable es que aumente si se tiene en cuenta la cifra de desaparecidos, que según los últimos reportes llega a 124. Pero más allá de los dígitos, que suben y bajan, están las historias.
 
La de Nancy Madrigal es una de estas. Ella espera que en cualquier momento aparezca, en brazos de alguno de los rescatistas, Kevin. Su hijo de diez años que quedó atrapado al desplomarse su casa. "Llegó de un partido y me dijo que su equipo había ganado y que él había hecho cinco goles. Estaba feliz porque le dijeron que se lo querían llevar a jugar a otra categoría", dijo la mujer a El Colombiano.
 
Y Nancy no solo sueña con ver a su hijo con vida. Junto a él, según el testimonio narrado por el mismo diario, estaba otro familiar, a quien uno de sus vecinos recuerda haber visto minutos antes de la avalancha, recogiendo el dinero para comprar los adornos con los que armarían la Navidad.
 
A pocas cuadras de donde Nancy está José Cárdenas, un hombre que, según El Colombiano, vive desde hace 30 años en el sector, y quien aunque logró salvarse del alud busca a su hija mayor y a sus nietos.
 
"Aprovechando el día de sol estaba haciendo unas zanjas, cuando, pasadas las dos de la tarde, escuché un zumbido fuerte que bajaba de la alta peña por donde pasa la vía a Bogotá. Entonces corrí para la casa y saqué a una de mis hijas, luego todo se nubló, no se veía nada por el polvo y se escucharon explosiones y gritos. No entiendo cómo estoy aquí parado", relató el hombre al mismo diario.
 
Las calles de La Gabriela están llenas de dolor. Todos esperan que ocurra un milagro. Que los gritos de desesperación tengan eco y llegue una respuesta. Que aparezcan sus familiares y amigos con vida.
 
“Es mucha gente la que está ahí. Por ser domingo, la gente estaba en sus casas. Además, estaban celebrando en muchas casas la Primera Comunión de los niños”, le dijo Rubén Darío Díaz, al diario El Mundo, de Medellín.
 
En el lugar epicentro de la tragedia, denominado Calle Vieja, testigos señalaron que quedó sepultado un parque infantil, en el que había cerca de quince niños. “Qué diciembre tan amargo para nosotros. ¿Quién iba a pensar que esto iba a pasar aquí? ¡Tantos niños! ¡Tanta gente!”, dijo al mismo diario Rubén.