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POLÍTICA

Del Twitter al Congreso

En 2014 el expresidente Álvaro Uribe convirtió sus trinos opositores en la plataforma para elegir la bancada del Centro Democrático.

13 de diciembre de 2014

La irrupción de los uribistas en el Congreso es uno de los hechos políticos más destacados de este año. Apoyados en la favorabilidad del expresidente Álvaro Uribe y soportados en una dinámica campaña desde las redes, el Centro Democrático redibujó el mapa político del país. A lo anterior se añade el impulso que tomó la aspiración presidencial de Óscar Iván Zuluaga, que convirtió una cómoda campaña reeleccionista para Santos en un cerrado pulso hasta el final. Ya en sus curules, los parlamentarios uribistas se han convertido en el principal bloque opositor en áreas vitales para el gobierno como la política de paz y la reforma tributaria.

A finales de 2013, Uribe oficializó sus cartas para la competencia electoral de este año. La oposición abierta de los dos años anteriores contra la administración Santos tomó forma en la candidatura del exministro y exsenador Zuluaga y en una lista cerrada al Senado encabezada por el propio exmandatario. En un hecho sin antecedentes históricos recientes, un antiguo ocupante de la Casa de Nariño regresó a la contienda proselitista en contra de un sucesor que provino de su propio gobierno.

El balance del año para Álvaro Uribe es agridulce. Fracasó en su apuesta de frenar un segundo mandato de Juan Manuel Santos pero tradujo su oposición tuitera en una bancada de 39 congresistas: 20 senadores y 19 representantes a la Cámara. Con 7 millones de votos –46 por ciento en la segunda vuelta– Zuluaga estuvo cerca de lograr lo que solo ha sucedido en América Latina dos veces en los últimos 25 años: derrotar a un presidente en ejercicio. En las elecciones del 9 de marzo el uribismo saboreó la victoria. En su primera aparición en los tarjetones, el Centro Democrático se convirtió en la segunda fuerza política del país después del Partido de la U.

Los uribistas partieron en dos el mapa político de Colombia. Una mirada a los resultados de las tres jornadas electorales de 2014 son dicientes. En regiones como Antioquia, el Eje Cafetero, Tolima, Huila, Cundinamarca y los Llanos Orientales, la apuesta del expresidente ganó con mayorías cómodas. Inclusive en Bogotá, territorio con una tradición antiuribista, el Centro Democrático ganó las elecciones al Congreso y Santos necesitó del apoyo de la izquierda polista y petrista para derrotarlo en la segunda vuelta. Las encuestas muestran un declive en esas zonas del apoyo tanto de la gestión presidencial como del proceso de paz de La Habana.

Los diálogos con las Farc son la política presidencial donde se siente más el impacto de la irrupción uribista. El Centro Democrático centró su discurso en el rechazo a la Mesa de negociación con la guerrilla y convirtió la elección de este año en un referendo sobre la paz. Si bien a nivel presidencial Uribe perdió el pulso, la oposición al proceso se impuso en varias regiones. Teniendo en cuenta que la refrendación de los acuerdos de La Habana y su puesta en marcha pasan por los territorios, el desempeño electoral del uribismo en 2014 complica las perspectivas para el santismo en los comicios locales del año entrante.

Por último, la llegada del Centro Democrático al Congreso –y también la de independientes como Claudia López–le ha devuelto al Senado su condición de arena ideológica donde luchan las distintas visiones del país. En los primeros meses de la segunda administración de Santos los debates sobre las reformas política y tributaria son ejemplos del Capitolio más como eje de debate que como apéndice acrítico del Ejecutivo. Si en 2014 la oposición uribista pasó de las redes sociales y la opinión a las curules del Congreso, el año entrante la meta del Centro Democrático es llegar a alcaldías y gobernaciones.