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| Foto: Daniel Reina

PROCESO DE PAZ

"Yo no le gasto tiempo al odio”: Uribe

En su primera extensa intervención en meses, en La W Radio el presidente Uribe reitera sus críticas y se defiende de los recientes ataques contra él.

6 de septiembre de 2016

Aunque la campaña por el No del Centro Democrático produce mensajes constantemente, desde hace un par de meses su líder, el expresidente Uribe no salía a hablar tan largo como lo hizo la mañana de este martes en la W Radio. En una entrevista que duró más de una hora y media el expresidente explicó una a una sus objeciones frente al proceso de paz con las FARC. En el camino diferentes personalidades del mundo político, judicial y periodístico le hicieron preguntas.

El senador por el Centro Democrático se refirió a los acuerdos que sellaron los negociadores el pasado 24 de agosto en Cuba, pero aclaró que la campaña que viene adelantando no encarna una visión guerrerista.

Uribe comenzó contestándole al presidente Santos, quien dijo en el diario El País que el odio y la envidia había unido a dos expresidentes que hasta ahora eran antagónicos: Uribe y Pastrana. El senador respondió tajante. Aseguró que “yo no le gasto tiempo al odio”. Recordó que él fue uno de los opositores al proceso del Caguán pero que al menos Pastrana había hecho lo que prometió y no había “engañado” al país.

Uribe insistió en la posibilidad de renegociar los acuerdos, que ha sido rechazada ya por el Gobierno y muchos consideran inviable. “El país en mi concepto tiene que hacerle correcciones a este acuerdo…Yo creo que a estos acuerdos hay que hacerles ajustes ganando el Sí o ganando el No”.

El senador recordó que la Corte Constitucional aclaró que si gana el No, Santos podría seguir negociando. También dijo que las FARC ya habían dicho en múltiples oportunidades que no querían volver a la guerra, luego las amenazas de ese escenario eran falsas. “Aclaramos que si gana el No pedimos que se reoriente la mesa", dijo Uribe.

El jefe del Centro Democrático también habló de las razones que lo llevaron a liderar la campaña por el No, sin embargo aseguró que “el No, no es una campaña mía”. Agregó que muchos colombianos tienen reparos al proceso y no necesariamente lo apoyan. Criticó que asociaran la seguridad de su gobierno con el concepto de guerra, pues según él, lo que hizo fue llevar tranquilidad al campo. Cuando le preguntaron que iba a hacer como campaña para el plebiscito contestó que “hablar con los colombianos, marchar por las calles y buscar un buen gobierno para el 2018”.

A su juicio, hay varios temas que deben ser replanteados. El principal es el tratamiento penal a los guerrilleros y las posibles amnistías. "Aquí no hay justicia, y sin sanción adecuada no hay justicia", expresó. El ex presidente expresó su preocupación por la situación de los empresarios frente al proceso. Aseguró que como quedó en el acuerdo, el Tribunal Especial para la Paz puede llamar personas ya sea por la vía de las compulsas de copias de la Fiscalía o por informes de ONG. Uribe aseguró que en ese escenario los terceros quedarían en manos de los reportes que hacen organizaciones militantes como el “Colectivo de Abogados”.

Agregó que también le preocupa que la única forma de salir del enrollo jurídico sea aceptar la responsabilidad en los hechos y que eso es un antecedente muy negativo para la verdad histórica. Para él, la nueva jurisdicción pondrá al mismo nivel a empresarios honestos del campo con “bandidos”.

Sobre el Tribunal Especial para la Paz, Uribe aseguró que no confía en la conformación de ese nuevo organismo. Dijo que la Corte Europea de Derechos Humanos está sesgada y que las Naciones Unidas tampoco pueden asegurar la neutralidad. Agregó que le parecía grave que el secretario general Ban Ki-Moon haya aceptado estar en ese comité de selección con los problemas de impunidad que tiene el acuerdo. “Me parece muy grave que la ONU avale acuerdos de paz donde no hay justicia”. Agregó que esta es “una justicia al amaño de la paz”.

Otro punto en el cual expresó sus reservas tiene que ver con el dinero que han acumulado en todos estos años las FARC. Según expuso durante la entrevista, en el documento final que compartió el Gobierno no hay claridad sobre este tema y la contribución de las FARC a la reparación material de las víctimas.  

Al senador también le preguntaron por qué si está tan en desacuerdo con el proceso de paz de las FARC fue él quien comenzó los primeros contactos. Como se sabe los inicios de los diálogos previos los adelantaron sus Altos Comisionados de la Paz, Luis Carlos Restrepo y Frank Pearl. Uribe contestó que hizo esos acercamientos para lograr un acuerdo humanitario para las decenas de personas que vivían ese flagelo. Explicó que para ese fin lo intentó 26 veces. Sin embargo, aclaró que en materia de un eventual proceso de paz siempre puso inamovibles. Y eso sí, aprovechó para hablar por los miembros de su equipo que tienen problemas con la justicia. “Me duele tanto que un colombiano como Luis Carlos Restrepo tenga que estar en el exilio”, dijo.  

Al final de la entrevista aseguró que dará esta campaña con argumentos y que está tan calmado que hace unos días en Medellín, alguien le preguntó dónde había dejado a “Furibe”. El expresidente relató que le contestó que recientemente “tiene amarrada la piedra”.

Si algo queda claro de la extensa intervención del expresidente sigue siendo un maestro de la comunicación. El tono cordial, suave y pausado, el respeto con sus inquisidores y la sencillez que refleja evocaron sus días en la Casa de Nariño.

El contenido despierta menos unanimidad que el tono. Cuando quiere simplemente no contesta las preguntas, pero sabe hacerles el quite sin que se note.  Por lo general sus planteamientos son los mismos de siempre, muchos de los cuales son razonables, y algunos acomodaticios y exagerados.

Como ya todo el país sabe cuáles son los sapos que tendrá que tragarse, no hay mayor novedad en que el expresidente registre su indignación por los puntos del acuerdo que le molestan. Pero a pesar de la falta de novedad, el hecho de que la voz de protesta sea la suya ha logrado contagiar ese rechazo a muchos.

Es difícil tratar de resumir lo que dijo el expresidente este martes. La combinación de sus argumentos, unos totalmente válidos, unos inconsistentes con su pasado y otros simplemente falsos, dejan a los oyentes tan confundidos como la lectura de las 297 páginas del acuerdo.  Quizás, como la presentación es tan agradable y el presentador tan carismático, sus palabras dan mucho más de qué hablar.