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Andrés Felipe Arias fue condenado por la Corte Suprema de Justicia a pagar 17 años de prisión. | Foto: León Darío Peláez

JUDICIAL

Los dos espaldarazos a Andrés Felipe Arias

Un juez de EE. UU. permitió que el exministro solicitara por segunda vez la libertad bajo fianza y una columna del influyente 'Wall Street' Journal lo defendió.

12 de septiembre de 2016

Todo parecía en contra del exministro de Agricultura Andrés Felipe Arias. Luego de estar prófugo de la justicia durante dos años, el pasado 24 de agosto fue capturado en Miami, Estados Unidos. Luego, tras pedir la libertad bajo fianza, la solicitud fue negada, lo que lo obligóo a permanecer en prisión hasta la audiencia de extradición. Sin embargo, en los últimos días ha recibido dos inesperados apoyos.

El primero provino de un juez federal estadounidense que el pasado viernes le concedió a Arias la posibilidad de volver a solicitar la libertad bajo fianza, mientras espera a que se resuelva la situación de la extradición.

De esta manera, el funcionario judicial determinó que una vez los abogados del exministro radiquen la apelación de la primera decisión, la Fiscalía tendrá dos semanas para pronunciarse y luego él decidirá, más o menos a mediados de octubre, si Arias podrá recuperar su libertad.

El segundo espaldarazo que recibió el exministro fue por parte de la periodista Mary Anastasia O‘Grady, quien se ha caracterizado por ser crítica con los acuerdos de La Habana, la administración de Juan Manuel Santos y en general los gobiernos de izquierda en Latinoamérica. En su columna de opinión de este domingo en el Wall Street Journal defendió vehementemente a Arias.

Así, en el artículo ‘El derribo de un candidato, al estilo colombiano’, la columnista asegura que la captura de Arias fue el resultado de las “maniobras políticas de Colombia”.  

El texto comienza: “La historia de Andrés Felipe Arias es un recordatorio desalentador de las maquinaciones políticas que a menudo pasan por justicia en Colombia. Su arresto el mes pasado en Estados Unidos es un intento por terminar el trabajo”.

Continúa recordando que Arias era considerado el favorito del expresidente Álvaro Uribe Vélez para sucederlo. Por esta razón, según ella, el exministro “fue sacado de la carrera electoral por acusaciones de corrupción inventadas, primero en los medios de comunicación y luego presentadas por dos fiscales generales notoriamente de línea izquierdista”.

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Agrega que debido a esto, Arias pasó tres años “en el kafkiano sistema judicial colombiano luchando contra esas acusaciones”. También explica que Arias huyó a EE. UU. para pedir asilo puesto que en un proceso judicial que ella califica como “arbitrario”, la Corte Suprema de Justicia lo condenó a 17 años de prisión al encontrarlo responsable en el escándalo de Agro Ingreso Seguro (AIS), en el que le entregó subsidios agrarios a familias adineradas en lugar de a campesinos afectados por el Tratado de Libre Comercio.

En su columna, O’Grady además resalta que las FARC odian al expresidente Uribe y que en el 2009, si Arias se hubiera convertido en un “potencial presidente”, él no era una posibilidad bien recibida por “el grupo terrorista, el cartel de cocaína más grande del hemisferio”, como lo describe.

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“Tras bambalinas, las FARC ya tenían influencia en asuntos legales y políticos como lo he delineado en columnas anteriores. No obstante, si hubiese sido elegido el comandante supremo de las Fuerzas Armadas de Colombia, Arias probablemente habría continuado el programa de seguridad democrática de Uribe, el cual había debilitado severamente a los terroristas en el campo de batalla”, se lee en un aparte del artículo.

Ahí no termina su defensa. Según O’Grady, las acusaciones “sin fundamento” contra Arias continuaron a cuentagotas en la prensa y por eso su candidatura colapsó. Ese colapso, dice ella, fue aprovechado por el presidente Santos para recibir el apoyo de Uribe y así ganar las elecciones presidenciales del 2010.

Además, la columnista menciona que en el libro Cárcel o exilio, del periodista Plinio Apuleyo Mendoza, este asegura que Juan Manuel Dávila, también involucrado en el escándalo, admitió que no conocía al exministro y que en un correo electrónico del 2010 que le escribió a su novia, él había manifestado que todo esto fue algo político que buscaba “joder a Andrés Felipe Arias”.

Para terminar, O’Grady manifiesta que “el esfuerzo de extradición fortalece ese mismo objetivo. Mientras tanto, Santos se prepara para conceder un poder político sin precedentes a las FARC”.

Se espera que para enero del próximo año un juzgado de Estados Unidos defina si Arias es extraditado. La Fiscalía tiene 60 días para presentar sus alegatos en favor de la extradición. Una vez esto ocurra, la defensa del exministro tiene un plazo de 45 días para responder.

Si bien la columna de O’Grady no tiene efectos directos sobre las decisiones judiciales del caso, es cierto que el Wall Street Journal es uno de los periódicos más influyentes de Estados Unidos, y las afirmaciones de la columnista aparecieron de manera inesperada en momentos en que Andrés Felipe Arias necesita respaldos a los cuales aferrarse.

Con información de EFE.