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El entonces coronel de la Policía Carlos Barragán lleva capturado a Miguel Rodríguez Orejuela, el capo del cartel de Cali. | Foto: Archivo SEMANA

HISTORIA

Este es el hombre que entregó los narcocasetes a Pastrana

El coronel Carlos Barragán fue ficha clave para que se conocieran los vínculos entre políticos y el narcotráfico.

29 de noviembre de 2013

El jueves pasado se desató una tormenta por cuenta del lanzamiento del libro Memorias olvidadas, del expresidente Andrés Pastrana, quien reveló detalles desconocidos de su secuestro a manos de Pablo Escobar, del proceso 8.000 y de las negociaciones de paz que su gobierno adelantó con las FARC en la zona de despeje del Caguán entre 1998 y el 2002.

Allí contó la forma como llegaron a su poder los conocidos narcocasetes en los que se registraba la conversación entre los jefes del cartel de Cali, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, y el periodista Alberto Giraldo, en la que acordaron el ingreso de miles de millones de pesos a la campaña presidencial de Ernesto Samper en 1994.

Dichos casetes le fueron entregados por parte del coronel de la Policía Carlos Barragán, quien trabajaba en el departamento de inteligencia de esa institución y adelantaba seguimientos a los jefes del cartel de Cali. Pero ¿quién es Carlos Barragán?

Se trata de uno de los hombres de inteligencia más importantes en la historia de la Policía Nacional. Los archivos y las declaraciones de varios periodistas que conocieron su carrera en la policía coinciden en que era intachable y no se dejaba manosear por la mafia.

Fue el gestor de las capturas de los capos del cartel de Cali Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. Lo hizo desde uno de los dos grupos de inteligencia que heredó el recién llegado director de la Policía, general Rosso José Serrano, en noviembre de 1994, casi un año después de la caída de Pablo Escobar. El grupo de Barragán era conocido entonces como los Yupis.

Se trataba de jóvenes entrenados por organismos extranjeros, que, poco a poco, se fueron ganando la confianza de agencias de inteligencia como el FBI, la CIA y la DEA y el MI-5, servicio secreto británico. Pero Barragán y sus compañeros compartían información principalmente con la CIA. Sus acciones fueron a la postre el alma de la persecución contra los capos de Cali, que empezaron a caer como un castillo de naipes.

Aun cuando Barragán y su grupo pertenecían orgánicamente a la Dijin, dirigida entonces por el entonces coronel Alonso Arango, él sólo le reportaba sus actividades al director, el general Rosso José Serrano.

Fue allí, en la Dijin, donde se presume se hicieron las grabaciones de seguimiento a los jefes de la mafia y donde resultaron involucrados políticos y periodistas de la época involucrados con miembros de los carteles.

Fuentes consultadas por Semana.com recuerdan que Barragán y algunos uniformados habrían filtrado los narcocasetes porque no estaban seguros de que esos hallazgos tuvieran algún resultado en la Fiscalía General, dirigida entonces por Gustavo de Greiff. De hecho, el ente investigador archivó muy pronto la investigación por considerar que las cintas habían sido editadas y carecían de legalidad porque las conversaciones fueron grabadas sin orden judicial.

Los casetes fueron entregados a Pastrana, quien, tiempo después, cuando Samper acababa de ganar la contienda electoral, los filtró a la prensa. Fue entonces cuando el país descubrió los nexos de los políticos y la mafia del Valle. Todo esto dio como resultado lo que se conoció como el proceso 8.000.

Barragán siguió su camino y fue el artífice de las capturas de Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. Barragán, quien por años ha preferido estar en la sombra, salió el 8 de agosto de 1995 en la histórica fotografía del momento en que Miguel Rodríguez fue capturado y traído a Bogotá. Allí se le ve al lado del capo caído en desgracia, junto al general Serrano, el general Luis Enrique Montenegro y el entonces coronel Oscar Naranjo. Es uno de los pocos registros que hay de él y de su trabajo.

Siendo uno de los hombres más cercanos a Serrano y con un futuro promisorio en la Policía, Barragán pronto cayó en desgracia. Ocurrió con la llegada al poder de Álvaro Uribe, quien nombró como director de la policía al general Teodoro Campo.

En esa institución recuerdan que Campo no quería tener cerca a muchos de los que trabajaron con Serrano y por eso comenzó una depuración sin precedentes en esa institución. Fueron trasladados a sitios inhóspitos o retirados dos docenas de oficiales calificados como ‘serranistas’. En ese grupo cayó Barragán cuando estaba en la lista para ascender el generalato. La junta de altos oficiales encabezada por Campo no lo llamó al ascenso.

De él poco se sabe ahora. Hasta el final del gobierno Uribe fue director del Inpec y acompaña frecuentemente a Serrano a actividades sociales. A propósito del lanzamiento del libro del expresidente Pastrana donde cuenta que fue Barragán quien filtró los narcocasetes, se supo que también ha trabajado para la actual contralora general Sandra Morelli.