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El vicepresidente Angelino Garzón y su perro Orión. | Foto: León Darío Peláez

POLÍTICA

La soledad le cayó al ex ‘vice’ Angelino Garzón

El ahora ex vicepresidente está desempleado, sin el apoyo de Santos y sin un futuro estable.

Samuel Salinas
8 de agosto de 2014

Angelino Garzón, a quien el presidente Juan Manuel Santos señaló en 2010 de ser el Luiz Inácio Lula Da Silva colombiano mientras le sostenía los brazos en alto, se fue del gobierno sin despedirse y sin recibir de parte del mandatario siquiera una palabra de reconocimiento.

Este jueves 7 de agosto, el ex vicepresidente llegó temprano a la posesión de Santos y como ninguno, estuvo atento al discurso en el que ni en los saludos ni en el contenido fue mencionado. Sin rencores, desistió de ir a la recepción en Casa de Nariño porque prefirió irse a comer con su hija Ángela para celebrar cuatro años de ser el segundo al mando y por haber puesto en la agenda del gobierno el tema de los derechos humanos.

Incluso, confesó que desde el 20 de julio no se habla con el mandatario y que en la posesión no lo saludó porque había una agenda apretada que le impedía acercarse a él. Además recordó los consejos de su madre: “No se le ocurra llegar a donde los vecinos a las 12 del día porque van decir que es un muerto de hambre”, dijo en la mañana de este viernes a Vicky Dávila en La FM.

Angelino Garzón, viejo conocido en el sindicalismo y en la izquierda colombiana, y quien también ha sabido abrirse puertas en la derecha en el país, dejó atrás el gobierno en el que sirvió de parachoques cuando las protestas de transportadores o campesinos estuvieron en los peores momentos.

Atrás también quedaron los pronunciamientos de final de año en el que Angelino solicitaba que se mejorara el salario de los trabajadores. Eso incomodaba al propio Ejecutivo que sobre la mesa esperaba que los empresarios y los representantes de los sindicatos llegaran a un acuerdo sin la intermediación del Estado.

A algunos les quedó en la retina que Angelino ya no tenía voz ni voto en el Gobierno. Los entendidos aseguran que dentro del Ejecutivo no gustó que se dijera que el gobierno Santos debería dialogar más con la gente, y tampoco que levantara la voz para criticar el proceso de paz y al gobierno por no hacerle exigencias a las FARC.

Además que cuestionara la medición de la pobreza de Planeación Nacional al inicio del gobierno y que le dijera a su jefe que “uno no puede gobernar como una reina de belleza”. Y, menos aún, que se reuniera recientemente con Álvaro Uribe, el principal opositor de la derecha del presidente Santos, y con quien habló de elecciones, las negociaciones en La Habana y varios proyectos de ley que tiene en mente el ahora senador. 

La relación se deterioró tanto, que Garzón públicamente puso en duda su intención de votar por Santos: “Aún no he decidido mi voto para presidente”, dijo en una oportunidad cuando la campaña estaba más caliente. Ni siquiera, después cuando Santos ya había recibido oficialmente la victoria. “El voto es secreto”, le dijo a Néstor Morales en Blu Radio cuando éste le preguntó sí había votado por Santos.

Y es que a Angelino se le señala de uribista, cosa que él niega ya que según confesó, nunca ha votado por Uribe aunque ha dicho que es su amigo y le tiene aprecio por lo que lo invitó a participar en su gobierno.    

En la agenda del ex vicepresidente quedó el intento fallido por reconciliar al presidente Santos con Uribe Vélez. Según ha dicho el ex vicepresidente en una oportunidad le dijo al actual Jefe del Estado que invitara a los exmandatarios a la Casa de Nariño -incluido Uribe- para que se tomaran un “tintico” y que los esperara en las escaleras. Angelino contó en una entrevista a La FM Radio que si el exmandatario no llegaba, Santos no quedaría mal. “Nadie entendería que estamos dialogando con los ilegales como lo es la guerrilla de las FARC y en Colombia no dialoguemos con los legales”.

No se sabe si hubo choque entre Santos y Angelino, pero lo que se reconoce es que por el lado de ex vicepresidente no hay rencores, por el contrario, agradecimiento. “Yo soy un agradecido con Juan Manuel Santos que me invitó a ser su fórmula presidencial. Ya tendré tiempo de llamarlo y hablar con él”, dijo.  

Hoy Angelino está acompañado de su esposa Monserrat Muñoz a quien nombra cada vez que puede y de un perro pastor Alemán llamado Orión que es el culpable de que el ex vicepresidente no aceptara la embajada en Brasil ya que según dijo, renunció a esta, “porque el perro está muy peludo y el clima caliente de Brasilia le podía hacer daño”. Declaración que en su momento causó el rechazo de la canciller Ángela Holguín.

Los planes de Angelino no son pocos. Antes de salir del cargo escribió lo que vendría en el futuro para él. En la lista que publicó en la red social Twitter y que se la envió al presidente Santos además de altos funcionarios, incluidos el procurador Alejandro Ordóñez y el fiscal Eduardo Montealegre, el ex vicepresidente dijo que acompañado de su familia tomará la decisión de ser el candidato al Alcaldía de Bogotá o Cali, en ella no mediará las posiciones de políticos ni de los jefes de partido.

Angelino, el ex vicepresidente, el exembajador y defensor de derechos humanos, el exministro de trabajo, exgobernador del Valle, no tiene partido que lo apoye o le entregue su respaldo, ahora está en duda su relación con el Gobierno reelecto y la izquierda mantiene ciertos temores por la relación tan estrecha con gobiernos como los de Andrés Pastrana, Uribe y Santos. 

¿Qué será del expresidente a partir de ahora? Angelino seguirá motivando el cuidado de los derechos humanos, pensará si se presenta a las elecciones locales y volverá a buscar a sus viejos amigos. Mientras tanto, se ha marchado de la sede de la vicepresidencia, cercana a la Casa de Nariño, en medio de la soledad.