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| Foto: Guillermo Torres

POLÍTICA

Angelino, recargado

Angelino Garzón se consolida como el político más popular del país. Ello genera interrogantes sobre su lealtad a Santos y su futuro político.

2 de marzo de 2013

Mientras en el Palacio de Nariño el presidente Santos y los consejeros capotean la marea adversa de las encuestas, al otro lado de la calle, en la Vicepresidencia, los mismos sondeos son motivo de celebración. Las mediciones más recientes revelaron que Angelino superaba el 70 por ciento de popularidad, lo que lo convierte en la figura más popular de la política colombiana.


¿A qué se debe su aceptación? Esencialmente a tres cosas: 1) a su imagen de hombre de origen humilde hecho a pulso 2) a la solidaridad que ha despertado su enfermedad y 3) a que siempre ha defendido las causas populares, incluso contra el gobierno que representa. Angelino sin duda se ha beneficiado de su imagen de un colombiano que no pertenece a la élite en un momento en que las roscas y los delfinazgos están despertando rechazo. La mayoría de los colombianos de a pie se identifican con él y admiran que a pesar de no haber tenido ninguna ventaja haya ocupado los cargos que ha ocupado. “Representa el ‘Colombian dream’” dice Javier Restrepo de la encuestadora Ipsos-Napoleón Franco. 

Por otro lado, su enfermedad ­–sufrió un accidente cerebrovascular y luego le encontraron un tumor en la próstata–­ generó solidaridad entre varios sectores de la sociedad. Después, cuando se abrió el debate sobre su permanencia en el cargo y recibió ataques y cuestionamientos de varios congresistas, el vice se vio respaldado por la mayoría de colombianos. 

También es cierto que su popularidad se debe a su compromiso de defender a los más vulnerables. En varias ocasiones ha exigido más respeto para los trabajadores, aunque sus declaraciones sean controvertidas o incluso le generen un regaño público del presidente. Por ejemplo, se ha declarado en contra del salario mínimo y de la fórmula de Planeación Nacional para medir la pobreza. “Habla por el pueblo y mantiene una sintonía directa con la gente” dice uno de sus colaboradores.

Por último, aunque es cercano a Juan Manuel Santos y a Álvaro Uribe no se ha metido al ring y se ha mantenido al margen de la pelea. En sus declaraciones, Garzón solo dice estar agradecido tanto con el presidente Santos como con Uribe, por lo cual las diferencias entre presidente y expresidente no han ejercido ningún desgaste sobre su imagen. 

En medio de mediciones y encuestas, Angelino ha dicho que vuelve recargado para el último tercio del gobierno. Después de meses de incapacidad, en las últimas semanas ha retomado su ritmo habitual. Medió en el paro del Cerrejón, viajó a Ginebra para presentar la política de derechos humanos y se ofreció para mediar en el paro cafetero. Después de dedicarse a sus terapias en la Universidad de La Sabana y de asistir religiosamente a 38 sesiones de radioterapia, el vicepresidente está listo para cambiar la sudadera por la corbata y para ser protagonista en las dos discusiones que dominarán la arena pública este año: salud y pensiones.

Pero más allá del corto plazo, con estas cifras de popularidad las especulaciones sobre su futuro ya comenzaron. A pesar de la personalidad bonachona y sencilla que refleja, Angelino es ante todo un animal político. Hasta ahora, siempre ha manifestado que no se enfrentaría a Santos, pero que si el presidente no aspira, él quedaría en total libertad. Mientras tanto ha declarado que su interés oscila entre la Alcaldía de Cali o la de Bogotá en 2015. Sin embargo, él sabe que tener 72 puntos de popularidad es una situación que solo se da una vez en la vida. En una coyuntura como la actual, de cierta confusión política y de escepticismo no solo por los candidatos que están sobre el tapete sino también por la reelección del presidente Santos, esa cifra genera tentaciones. 

El uribismo y los liberales, que saben lo que significa ese nivel de popularidad, lo están cortejando para lo que acepte. Por ahora las toldas rojas están ganando esa puja, pues lograron conquistar a Ángela Garzón, hija del vice, para que ingresara a sus filas y esperan que su padre venga detrás. Mientras tanto, lo que también está por verse es si Angelino, ya bastante recuperado de sus males y con 30 puntos de popularidad por encima del presidente de la república, está dispuesto a caer en tentaciones mayores.