Home

Nación

Artículo

Apretando tuercas

¿Que hay detrás de los arrestos de Guido Parra y Diego Londoño?

11 de junio de 1990

Eran las cinco de la mañana y la familia de Guido Parra dormía tranquilamente en su apartamento del barrio Laureles en Medellín. El timbre los desperto con cierta alarma. Eran miembros de la IV Brigada con una orden de allanamiento en la mano. Procedieron a revisar la casa y en seguida se llevaron al abogado hacia sus oficinas, en donde volvieron a repetir la revisión e inspección de cajones y anaqueles. Después lo condujeron hasta la sede de la Brigada. Simultáneamente, operaciones similares se realizaban en las residencias de Diego Londoño White, en El Poblado, y de Berta Inés Mejía de Serna, en Envigado. Al cierre de esta edición, las personas mencionadas estaban detenidas en la sede de la IV Brigada, a disposición de la Policía Judicial en espera de que su caso sea puesto en manos de un juez competente.
El comunicado de la Brigada que justificaba la detención, en forma escueta señalaba que se hacía en cumplimiento del Estatuto Antiterrorista, "por presunto auxilio a actividades narcoterroristas y ocultamiento de los mismos". En tono patriatico, el comunicado terminaba con la siguiente consigna en comillas: "No más narcotraficantes, sicarios ni terroristas en tierra paisa".
De los detenidos, el más conocido es Guido Parra, quien se había dado sus "pantallazos" como intermediario en los dos llamados narcodiálogos. Pera tampoco era ajeno para la opinión el apellido Londoño White, ya que Santiago Londoño, hermano de Diego, había sido seleccionado, junto con J.Mario Aristizábal, como representante de la familia de Germán Montoya en las gestiones que desembocaron en la liberación del hijo del Secretario General de la Presidencia a comienzos de este año.
La tercera persona, Berta de Serna era una concejal de Envigado a quien le habían interceptado en enero de este año una conversación muy "de cachas" con Pablo Escobar. En esa conversación la señora de Serna incluye una frase que se convirtió en la minibomba de la semana. La referida a que el senador William Jaramillo, uno de los "duros" de la lucha contra el narcotráfico en el país, le había enviado un mensaje de paz a Escobar, al cual este respondía que si Jaramillo apoyaba a Jorge Meza -hoy representante a la Cámara- para la candidatura a la alcaldía de Medellín, quedaba "cancelado el problema con él" (Ver artículo siguiente).
William Jaramillo salió indignado y negó conocer a la tal doña Berta. Puntualizó que se trataba de un episodio en el cual personas reclamaban ser sus intermediarias sin que él tuviera nada que ver. Como la transcripción de la grabación era fragmentaria y apenas recogía una parte de una conversación más extensa entre Pablo Escobar y Jorge Meza, Jaramillo solicitó que se hiciera pública la totalidad de la conversación para que las cosas no quedaran fuera de contexto. El viernes por la noche esto se hizo en diferentes medios de comunicación, y la versión completa, además de meter a Jaramillo en la colada, metía a Bernardo Guerra y a Alvaro Uribe Vélez, los otros dos jefes políticos del liberalismo en Antioquia. (Ver recuadro). El sentido general de la conversación era que Jorge Meza aspiraba a la candidatura por la alcaldía de Medellín y discutía con Escobar la forma de obtener el apoyo de los tres jefes liberales. El apoyo de Guerra lo daban por descontado, el de Jaramillo lo consideraban viable a cambio de un cese al fuego, y el de Uribe trabajable a través de un intermediario que llamaban "El Gordo".
Simultáneamente con la aparición de todas estas noticias, salió en la primera página de El Espectador una revelación según la cual el ex presidente Alfonso López Michelsen estaría grabado en conversaciones telefónicas con Guido Parra. en las que le dice a Pablo Escobar que se cuide. La fuente de las grabaciones, según el periódico, eran los organismos de seguridad.
Que Guido Parra estuviera al servicio de Escobar era una percepción general. Que Diego Londoño tuviera contactos era un rumor insistente. Pero que los tres jefes liberales del departamento y un ex presidente de la República fueran harina del mismo costal volvía las cosas muy explosivas.
A las rectificaciones de los políticos antioqueños se sumó la de López Michelsen, quien envió una carta a la Procuraduría solicitando una investigación, y en la cual señalaba que hacía 15 años no tenía contacto alguno con Guido Parra, a quien había conocido en la oficina jurídica de Palacio durante el gobierno de Carlos Lleras.
La pregunta que todo el mundo se hacía era: si las grabaciones magnetofónicas de López con Parra no se conocían, si las de Pablo Escobar Jorge Meza y doña Berta eran de enero, si los rumores sobre Londoño circulaban desde hacia tres años y las actuaciones de Guido Parra eran de conocimiento público, ¿por qué hasta ahora, y en forma simultánea, estaban pasando tantas cosas? Todo parece indicar que el detonador fueron las declaraciones que el ex presidente López le dio a Yamid Arnat en una entrevista por televisión. En ellas, López cuestionó la eficacia de los organismos de seguridad en la lucha contra el narcotráfico. Aparentemente lo que más ampolla levantó fue una comparación con Winston Churchill, quien, segun el ex presidente, después de enviar a varios de sus generales a combatir a Rommel en Africa, ante la falta de resultados los iba cambiando uno tras otro hasta llegar a Montgomery, que ganó la guerra. Estas declaraciones, sumadas al descontento de los militares con el confuso episodio de la rendición de "Los Extraditables", para muchos explicaba la radicalización y la apretada de tuercas que uno que otro general había aplicado en los últimos días. Y en esto, además de incluír nombres asociados con las gestiones para la liberación del hijo de Germán Montoya, por asociación indirecta habían caído también todos los jefes políticos de Antioquia.
Pero, ¿cuál es la realidad detrás de todas estas revelaciones? En lo que se refiere a los jefes liberales antioqueños no hay mucha sustancia. El hecho de que Jorge Meza se interesara en la alcaldía de Medellín y de que Pablo Escobar estuviera interesado en respaldarlo, no tiene nada que ver con la realidad de que para sacar un alcalde se necesita el concurso de los jefe políticos. Todo el que llegó a soñar con la alcaldía de Medellín tuvo que tener conversaciones similares, especulando sobre la forma de obtener el apoyo de Guerra, Uribe y Jararnillo. El hecho fundamental es que ninguno de los tres jefes mencionados en la conversación apoyó el nombre de Meza para la alcaldía de Medellín y que Guerra, de quien se esperaba que lo candidatizara nunca lo hizo. Sin embargo, este último es el que más mal parado queda en todo el episodio, pues por sus listas fue elegido Jorge Meza como representante a la Cámara y Berta de Serna al Concejo de Envigado. Al respecto, el senador liberal afirmó que una cosa es la política y otra la vida privada y que él tiene miles de seguidores cuyas actividades privadas desconoce.
Pero en todo esto, mientras Bernardo Guerra, William Jaramillo y Alvaro Uribe estaban en problemas de chismes, para Guido Parra, Diego Londoño y Berta de Serna, las cosas eran a otro precio. Están en la IV Brigada.
¿Qué se sabe hasta ahora de las actividades de estas personas? De Berta de Serna solo se conoce lo que salió en la grabación y que es concejal de Envigado. De Parra, que es un abogado que trabajó con los presidentes Valencia y Lleras Restrepo; que hizo política con Bernardo Guerra y acabó de abanderado número uno de los narcodiálogos en el país. Este papel lo ha jugado en público en su calidad de abogado. Miles de colombianos particularmente en Antioquia, comenzando por el alcalde de Medellín, Juan Gómez Martínez, creen que se debe estudiar una fórmula distinta a la guerra a muerte para solucionar el problema del narcotráfico. Parra se ha comprometido con este proceso. En la última negociación fracasada era el representante de Escobar y el interlocutor de los representantes de Germán Montoya, J. Mario Aristizábal y Santiago Londoñio.
En lo que se refiere a Diego Londoño, ex gerente del Metro de Medellín, es uno de los personajes más controvertidos de la sociedad antioqueña. Miembro de una tradicional familia de Medellín, vendió propiedades a los narcos como corredor de finca raíz, en la época en que todo el mundo quería venderles todo, y cuando el narcotráfico se asociaba más con nuevorriquismo que con sangre. Docenas de personas de la clase dirigente antioqueña tuvieron en esa época vinculaciones comerciales con los Ochoa y Escobar cuando se comenzaron a complicar las cosas.
Escobar y Londoño mantuvieron un contacto que ha sido la base de todo el problema. Algunas de estas conversaciones han sido interceptadas, y el anterior comandante de la IV Brigada, el general Ruiz Barrera, las denunció públicamente. Estos episodios le han creado a el una mala imagen y a su familia uno que otro dolor de cabeza. Diego Londoño defiende vehementemente su posición alegando que, en su opinión, puede ser muy grave que a una fiera acorralada se le cierren todas las puertas.
Precisamente por mantener esas puertas abiertas es que Diego Londoño ha sido buscado como contacto por docenas de personas que se han visto en algún problema con Escobar. Las puertas abiertas han sido utilizadas más por los "buenos" que por los "malos" y Londoño ha servido de mediador en varias circunstancias de esta naturaleza.
Las actividades de Parra y Londoño obviamente, son muy controvertidas y las interpretaciones sobre las mismas pueden ir desde el patriotismo hasta el encubrimiento, dependiendo del ángulo desde el que se mire. Hasta donde se sabe, la mayoría de los contactos han sido conversaciones telefónicas que, de acuerdo con una interpretación estricta del Estatuto Antiterrorista, podrían constituír una violación. Las normas que los dejaron en la Brigada son los artículos 3O y 40 del Estatuto, en los cuales el aparte pertinente parece ser el siguiente: "El que conociendo de la presencia de terroristas omitiere informar oportunamente sobre ellos a la autoridad competente, incurrirá en prisión de tres a seis años". En un sentido estricto, los contactos descritos anteriormente podrían caber dentro del Estatuto. Pero surge, entonces, la pregunta de que si este rige desde hace dos años, ¿por qué no habían sido detenidos hace mucho tiempo, o si lo que sucede es que hay hechos nuevos de gravedad, desconocidos por la opinión, que fueron considerados como base para su reciente detención?
Mientras se hace claridad sobre todo este asunto, los incidentes de la semana pasada con grabaciones, rectificaciones y cárcel han dejado el sabor de que algunos sectores militares decidieron pisar más duro con sus botas. En otras palabras, todo parecía indicar que se iba a intensificar la guerra. Y si alguna duda quedaba al respecto, desapareció con los carros-bomba puestos en Bogotá y Cali el sabado por la tarde.
LA GRABACION DEL ESCANDALO
SEMANA transcribe la conversación sostenida entre Pablo Escobar, el representante Jorge Meza y la concejal Bertha Inés Mejía de Serna, hecha pública la semana pasada y que desató una gran polémica.
N.N.: Eh señor...
PABLO ESCOBAR: Siga, le copio.
N.N.: Aquí lo va a saludar el de, el señor que yo le dije que había estado en la finca del mugroso, ¿se acuerda?, el importante amigo, muy amigo suyo.
P.E.: Afirmativo, pásemelo que yo le reconozco la voz.
JORGE MEZA:¡Oiga !
P.E.: siga que le escucho.
J.M.: ¡Oiga!
P.k.: Monito, manéjele usted el radio, manéjele usted el radio, que él hable y cuando él termine usted lo apaga, cuando el termine de hablar, adelante, le escucho.
J.M.: ¿Como esta?
P.E:: Bien, afortunadamente, ¿como me le va a usted, que ha hecho?
J.M.: Le deseo un feliz año y estamos muy esperanzados en que arregle todos los problemas. Nos encantaría, hay un mensaje para darle. Estamos esperando que venga el doctor Guerra, humm, ya usted sabe de que, porque tal vez el Monito le ha explicado, ¿cierto' Pero estamos muy esperanzados de que usted solucione todos sus..., porque nos duele y queremos que todo se solucione en favor de todos ustedes.
P.E. Hombre, yo le agradezco mucho sus palabras y también le deseo un feliz año. Me alegra mucho escucharlo, hombre, por ahí he oido decir que usted va a ser el que va a mandar por ahí unos pueblos más grandes. Eso si que es una buena idea, y yo estoy dispuesto a colaborarle con todos los fierros si eso se realiza, adelante.
J.M.: Estamos buscando eso, pero está difícil, pero estamos con todos los medios tratando de hacerlo. De modo, pues, que la ayuda de ustedes para mi sería muy importante. Yo siempre he contado con ella, de modo que se busca hasta donde sea posible y hasta donde yo pueda estar al servicio de ustedes, cuente siempre conmigo, con mi fidelidad y amistad.
P.E.: Hombre, yo si he contado siempre con usted, pues usted se ha manejado maravillosamente con todos nosotros. Eh, le decía, eh, ¿con quien está más duro, por cual lado está más duro el problema?
J.M.: No le entendí, no le entendí.
P.E.: ¿Por cuál grupo está más difícil la candidatura, por cual grupo esta más difícil, por qué sector?
J.M.: Guerra aceptaría, Guerra aceptaría y estamos tratando de coger el grupo de William por intermedio de mi primo, usted sabe quien es. No se cómo estará Alvaro Uribe, de modo, pues, que de pronto dos que revienten facilitarían la situación.
P.E.: Tengo una idea muy buena, tengo una idea muy buena, ¿me está escuchando?
J.M.: Le estoy escuchando.
P.E.: William me mandó un mensaje con doña Bertha, William me mandó un mensaje con doña Bertha que por favor, que no reaccionara contra él, que tal y que tal, usted sabe que el nos ha tirado muy duro, usted sabe que el ha sido uno de los, de los causantes principales de este problema. Pero si él está dispuesto, si él está dispuesto a colaborar con usted, a colaborar con usted, eh... yo estoy dispuesto a, a, a parar cualquier acción contra él. Entonces yo creo que doña Bertha podría jugar un papel muy importante, ¿me escuchó?
J.M.: Si, yo hablo con ella mañana mismo. De todas maneras yo siempre he contado con el apoyo de ustedes. Cuente que donde yo este, para bien o para mal, siempre estaré al lado de ustedes, no le temo a ninguna represalia y yo estoy jugando con amistad y con respeto y con fidelidad de amigo .
P.E.: Yo le agradezco mucho, pero trabajémosle a la cosa, trabajémosle a la cosa, eh... Con doña Bertha William me mandó un mensaje, entonces que doña Bertha vaya y hable con él y le diga que yo estoy dispuesto y respondo por todo si él se compromete a apoyar su, a apoyarlo a usted y que usted, pues, es recto en sus compromisos con todos ellos. Por el lado de Alvaro, por el lado de Alvaro, yo hablo con el otro gordo amigo mío, que usted sabe quien es, y el le hace mucho caso a él. Trabaje si quiere esto de doña Bertha y me avisa. Y yo le trabajo lo de Alvaro también.
J.M.: Mañana mismo trabajo eso, y entonces por intermedio del Mono le hago una llamada ¿cierto? Pero me comunico con usted y yo creo que de pronto la razón de Guerra ahora es importante para lo que se busca solucionar en parte. Yo estoy pendiente todo el día aquí con el Mono, buscando para que le de el informe en el momento que Guerra llegue de Bogotá.
P.E.: Correcto, correcto. Le cuento que me mandaron una razón, una razón, unas razones muy buenas. Hay mucha disposición de diálogo, la cosa marcha por buen camino. Entonces yo creo que las cosas están bien, y me encantaría, me encantaría que usted fuera el candidato. ¡Ave María! Mejor dicho, eso es como si lo fueramos nosotros mismos.
J.M.: Yo le agradezco en el alma, yo espero, yo se que siempre he contado con ustedes, especialmente con usted. Yo siempre he vivido eternamente agradecido y usted sabe que yo no defraudo, yo no tuerzo, yo, yo soy derecho, yo soy Jorge Meza y usted sabe que...
P.E.: Yo sé, yo sé y usted trabaja por el pueblo, que es lo más importante. Usted sabe que por eso nos identificamos, porque usted siempre trabaja en bien del pueblo y ese pueblo es lo que nosotros estamos necesitando, entonces hagale a lo, a lo de doña Bertha. Búsquela ahora mismo, trabájele a eso, que eso lo podemos sacar adelante de pronto.
J.M.: Bueno, mil gracias, y el Mono le va a comentar más tarde la razón que traen de Bogotá.
P.E.: Listo señor, listo señor, suerte y muchas gracias.
J.M.: Felicidades.
P.E.: Siga, le copio, adelante.
N.N.: Aquí tengo a doña Bertha que lo quiere saludar y pa'que usted le dé la razoncita aquella. Un momentico ...
BERTHA: ¿Qué hubo Mister, qué tal, cómo estás?
P.E.: Como me le va, que ha hecho, me gusta mucho saludarla, pa' aprovechar y desearle un feliz año.
B.: Lo mismo te deseo, nos estás haciendo mucha falta, queremos que te cuides, ¿ois?
P.E. Listo, listo. Vea le cuento: usted me dijo, eh, me mandó una razoncita de William, de William Jaramillo ¿Es cierto?
B.: Voy a ver como te hago esa vuelta .
P.E.: ¿Pero es cierto que William Jaramillo me había mandado una razón con usted?
B.: Si, como no, con otro intermediario .
P.E.: Listo. Dígale que si nos apoya a Jorge para la cuestión de Medellín, cancelado el problema con él.
B.: Tenemos que hablar de todas esas cosas, pero después.
P.E.: Listo, ahí charlamos, tranquila .
B.: Adiós.