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La FCDS y el Instituto Humboldt iniciaron la instalación de 38 dispositivos acústicos en 15 predios de familias campesinas del Guaviare que lideran proyectos de forestería comunitaria. | Foto: Jhon Barros (FCDS) | Foto: Jhon Barros (FCDS)
La FCDS y el Instituto Humboldt iniciaron la instalación de 38 dispositivos acústicos en 15 predios de familias campesinas del Guaviare que lideran proyectos de forestería comunitaria. | Foto: Jhon Barros (FCDS) | Foto: Jhon Barros (FCDS) | Foto: Jhon Barros (FCDS)

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Arranca la sinfonía natural con el monitoreo acústico de la biodiversidad en los proyectos de forestería comunitaria del Guaviare

La FCDS y el Instituto Humboldt instalan 38 dispositivos acústicos en 15 predios de familias campesinas en Guaviare, evaluando el impacto en la biodiversidad de proyectos de forestería comunitaria en bosques primarios y otras áreas.

Redacción Semana
28 de febrero de 2024

En el departamento del Guaviare, considerado la puerta de entrada a la Amazonia, más de 230 familias campesinas presencian una sinfonía natural mientras trabajan de manera sostenible en proyectos de forestería comunitaria de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS).

En este entorno, donde los sonidos de aves, ranas, monos y agua se mezclan armoniosamente, la falta de información detallada sobre la biodiversidad motivó a la FCDS a aliarse con el Instituto Humboldt.

La alianza busca realizar un monitoreo acústico pasivo en fincas campesinas mediante dispositivos acústicos programables. Este enfoque no invasivo permitirá entender los procesos ecológicos y evaluar el impacto de los proyectos de forestería comunitaria en la biodiversidad.

En Guaviare se instalarán 38 grabadoras en 15 fincas, y los campesinos aprenderán a manejar los equipos y a interpretar los resultados. La iniciativa pretende medir la efectividad en la recuperación de la biodiversidad en áreas transformadas y no transformadas, promoviendo así el uso sostenible de los bosques.

El proyecto de monitoreo acústico pasivo de la biodiversidad comenzó con capacitaciones del Instituto Humboldt al equipo técnico de la FCDS en Guaviare y Caquetá. Juan Sebastián Cañas impartió clases sobre acústica, instalación de equipos y recolección de datos.

El objetivo de este monitoreo acústico pasivo es medir el impacto en biodiversidad de las actividades de forestería comunitaria del programa de Medios de Vida Sostenibles de la fundación
El objetivo de este monitoreo acústico pasivo es medir el impacto en biodiversidad de las actividades de forestería comunitaria del programa de Medios de Vida Sostenibles de la fundación. | Foto: Jhon Barros (FCDS)

Conocimiento que fue compartido con los dueños de los 15 predios del proyecto, donde las familias campesinas aprendieron a manejar las grabadoras.

Entre el 14 y 17 de febrero se instaló un total de 19 grabadoras en siete predios de San José del Guaviare y Calamar. Los equipos fueron colocados en áreas transformadas y no transformadas, incluyendo bosques primarios, pastizales y zonas con proyectos de forestería comunitaria. Esta disposición permitirá comparar la presencia de biodiversidad en entornos extremos, como potreros y bosques densos, según Juan Sebastián Ulloa, investigador del Instituto Humboldt.

“El punto medio del muestreo es en las zonas donde los campesinos trabajan sus proyectos de forestería comunitaria. De esta manera vamos a poder medir y demostrar el éxito de estas acciones de conservación”.

42 cámaras trampa y 40 sensores acústicos se encargarán de monitorear la riqueza biológica de las zonas del Caquetá y Guaviare
42 cámaras trampa y 40 sensores acústicos se encargarán de monitorear la riqueza biológica de las zonas del Caquetá y Guaviare. | Foto: Jhon Barros (FCDS)

Los sensores acústicos permanecerán en las fincas durante aproximadamente 20 días, grabando un minuto de sonidos de la fauna cada 30 minutos, con un enfoque especial en insectos, anfibios, aves y mamíferos. Este método eficiente sustituye las tradicionales salidas de campo, costosas y laboriosas, ya que el monitoreo acústico es una herramienta más rentable, según destacó Juan Sebastián Ulloa del Instituto Humboldt.

Los profesionales de la FCDS en Guaviare se encargarán de recoger y descargar las grabadoras, mientras que los investigadores del Instituto Humboldt identificarán los sonidos de la fauna. Utilizando herramientas de inteligencia artificial, el análisis se escalonará para comparar la huella sonora en diferentes escenarios, como zonas con pastizales o bosques densos.

Durante el mes siguiente, el equipo de la FCDS en Guaviare, en colaboración con las familias, instalará los 19 dispositivos acústicos restantes en ocho predios donde se llevan a cabo proyectos de forestería comunitaria.

Monitores comunitarios

En el monitoreo acústico de la FCDS e Instituto Humboldt, 15 familias campesinas en Guaviare participan activamente, el proyecto piloto busca que estas familias conozcan las especies de fauna en sus bosques mediante sonidos.

Marcela González, bióloga de la FCDS, destacó que este conocimiento será vital para la conservación, los campesinos supervisarán las grabadoras y, en caso de falla, colaborarán en su reubicación. Se espera que los resultados, previstos para mediados de año proporcionen información sobre la densidad poblacional de las especies identificadas, pues la iniciativa es parte de proyectos de forestería comunitaria en los que las familias están involucradas.

María de los Ángeles Gaitán

La voz de esta campesina y madre de seis hijos resuena con fuerza en La Tortuga, una vereda del corregimiento de El Capricho, donde lleva varios años liderando procesos comunitarios y proyectos ambientales.

Durante cuatro años, María de los Ángeles ha liderado cuatro iniciativas sostenibles en su finca, El Sinaí, junto a su esposo Olmes Rodríguez. Estos proyectos incluyen un vivero, colmenas de abejas nativas, corredores productivos y sistemas agroforestales, incrementando el bosque y proporcionando hábitat para la fauna regional.

Los campesinos tendrán la tarea de monitorear el estado de las grabadoras.
Los campesinos tendrán la tarea de monitorear el estado de las grabadoras. | Foto: Jhon Barros (FCDS)

Aunque estas iniciativas han beneficiado a su finca, María siempre ha deseado conocer el inventario de fauna en su propiedad. La oportunidad llegó con el monitoreo acústico pasivo de la FCDS, que emocionó a María al pensar en captar sonidos de cigarras, loros, guacamayas y otros animales desconocidos. Este proyecto le permitirá compartir con sus dos hijos menores los sonidos de la fauna en su bosque.

Jaime Castillo

Hace cinco años, Jaime, un campesino dedicado a la ganadería en la vereda Caño Pescado, se mostró inicialmente escéptico ante los proyectos de forestería comunitaria de la FCDS. A pesar de liderar debates y oponerse al principio, decidió probar con cinco proyectos basados en el aprovechamiento sostenible del bosque, incluyendo abejas nativas, un vivero, protección de fuentes hídricas y corredores productivos.

Jaime superó sus dudas al certificar su vivero, permitiéndole vender plantas y generar ingresos. Ahora, también está involucrado en un proyecto de abejas que a futuro le permitirá comercializar miel y polen. Convencido de los beneficios de las iniciativas de la FCDS, participa entusiastamente en el monitoreo acústico pasivo, instalando grabadoras en su finca para conocer el inventario de fauna y aumentar el valor de su propiedad.

Monitoreo acústico de la biodiversidad en los proyectos de forestería comunitaria del Guaviare
Monitoreo acústico de la biodiversidad en los proyectos de forestería comunitaria del Guaviare. | Foto: Jhon Barros (FCDS)
Flor Marlén Gaitán

Flor Marlén es una usuaria antigua del programa de forestería comunitaria de la FCDS. Ha consolidado proyectos de abejas, corredores productivos, vivero, transformación de frutos del bosque y sistemas agroforestales en los últimos cinco años en su finca La Gaitana, ubicada en La Tortuga. A través de la forestería comunitaria, abandonó la ganadería extensiva para preservar una selva densa que alberga una diversidad de animales.

Interesada en conocer los sonidos de la fauna en su bosque, Flor Marlén aceptó participar en el proyecto de monitoreo acústico. Aprendió a manejar las grabadoras y está entusiasmada con la idea de compartir esta información para motivar a más personas en la vereda a cuidar la selva.

Rubier Jiménez y Ana Lucía Mutis

Los docentes Rubier Jiménez y Ana Lucía Mutis implementaron el proyecto “Reconozcamos nuestro bosque” con apoyo de la FCDS, plantando especies nativas y creando un sendero educativo. Aunque han observado poca fauna en los recorridos, se han unido al proyecto de monitoreo acústico de la FCDS para conocer más sobre la biodiversidad a través de los sonidos del bosque. Están ansiosos por descubrir los sonidos de su entorno natural.

Gustavo Rodríguez

habitante de la vereda San Miguel (Calamar), Gustavo nunca dudó en participar en el monitoreo acústico pasivo. Asegura que su finca, donde tiene un proyecto de paisajes turísticos con la FCDS, se verá bastante beneficiada.

“Con la información de los sonidos voy a conocer la riqueza de fauna de mi finca, un terreno con mucho bosque, rocas, un río y un caudal. Con estos insumos voy a poder decirles a los turistas que recorren los senderos cuáles son las especies que estamos escuchando”.

Más de 500 familias campesinas de los departamentos de Caquetá y Guaviare buscan vivir de los bosques a través del programa de forestería comunitaria de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS).
Más de 500 familias campesinas de los departamentos de Caquetá y Guaviare buscan vivir de los bosques a través del programa de forestería comunitaria de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS). | Foto: Jhon Barros (FCDS)

Aunque ya tiene identificados sonidos de guacamayas, tucanes, garrapateros, chigüiros, dantas y monos, Gustavo advierte que desconoce la mayoría. “Este proyecto es muy importante porque voy a conocer cuál es el animal que canta o silba”.

Milena Álvarez y José Eduardo León

Desde hace dos décadas, Milena y José llegaron al Guaviare buscando un lugar donde criar a sus hijos rodeados de bosque, escapando de la violencia en el centro del país. Hace 14 años encontraron una finca en La Tortuga, a la que consideran como un hijo más, y a través de proyectos de forestería comunitaria, como los de la FCDS, han incrementado su porción de bosque.

Con la FCDS, trabajan en iniciativas como corredores productivos y enriquecimiento del bosque, sembrando árboles y cultivos en los potreros para conectarlos con la selva. Ahora, participarán en el proyecto de monitoreo acústico pasivo para descubrir qué especies habitan en su bosque, un lugar que han conservado y protegido, y donde el conocimiento de la fauna a través de los sonidos les permitirá enamorarse aún más de la selva.

Aníbal Martínez

Se define como un gran conocedor de la biodiversidad que habita en su finca, un terreno de 200 hectáreas ubicado en la vereda El Rebalse del municipio de Calamar, donde sobrevive una gran tajada de bosque primario.

“He visto muchos animales en la selva, como el tigre o jaguar, monos, nutrias, ardillas, águilas, dantas y la cuca de monte, que en verano hace un ruido parecido al grito o lamento de una persona”.

Sin embargo, en los constantes recorridos que hace por su finca, Aníbal ha quedado perplejo al escuchar sonidos de la fauna que no logra identificar. Esto lo motivó a participar en el proyecto de monitoreo acústico.

“Instalamos tres grabadoras en el bosque, pastizal y la zona donde tengo mi iniciativa de sistemas agroforestales. Con los sonidos que capten estos equipos, por fin voy a conocer todos los animales de mi finca. Estoy maravillado”.